Las expertas reivindican el rol de la mujer como mediadora en los conflictos y los procesos de paz
Un encuentro del ACNUR reclama un mayor reconocimiento a la labor femenina
La mujer, además de víctima en los conflictos internacionales, es un importante agente en la resolución de los efectos de las guerras, cuyo trabajo apenas es reconocido. Ésta fue una de las principales ideas que aportaron las especialistas reunidas por el Comité Español de ACNUR en Valencia para debatir el papel femenino en las etapas del post-conflicto y los procesos de paz. Las conferenciantes subrayaron que este trabajo no se refleja en la presencia de la mujer en política o los centros de poder, espacios de toma de decisiones ocupados mayoritariamente por hombres.
"Es importante tomar conciencia de que las mujeres son la mitad de la sociedad y por ello la mitad de la solución [de los conflictos]". Carmen Magallón, directora de la fundación Seminario Internacional de la Paz del Centro Pignatelli, Zaragoza, reclamó ayer en la mesa redonda Mujer y Conflicto celebrada en Valencia, un cambio de prisma en la identificación entre mujer y víctima, "el enfoque negativo, que es el que predomina", frente al de la mujer como constructora de la paz. Magallón recordó el papel desempeñado por las Mujeres de Negro, un movimiento que nació en Israel contra la ocupación de Gaza y Cisjordania y se ha extendido por gran parte del mundo, o las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo Argentinas, como protagonistas de movimientos implicados en la resolución de conflictos y la reconciliación.
En ello abundó también la secretaria general de España con ACNUR y moderadora de la mesa redonda, María Ángeles Siemens, quien aseguró que "siempre" se tiende "a pensar que el rol de la mujer es el de víctima" porque "es más vulnerable hasta el punto de sufrir violaciones con el único propósito de humillarlas". Sin embargo está presente en otros ámbitos, de los que no se habla tanto. Siemens divide en cuatro los niveles de negociación: de base; entre la sociedad organizada, donde forma parte las organizaciones no gubernamentales o los colectivos; el estrato político y el de la comunidad internacional (ONU, Unión Europea). "En los niveles de base y sociales medios, la mujer tiene un rol importantísimo tanto en el post conflicto como en el conflicto a la hora de la pacificación", señala, "centrado básicamente en su actuación como medidora social en las familias o entre las comunidades". Sin embargo, "cuando llega a nivel político o de firma de acuerdos de paz, siempre son todo hombres". Para la representante de la Acnur, hay un cuello de botella que impide que las mujeres rebasen los dos primeros niveles y lleguen a los siguientes, que hay que eliminar. De no ser así, Siemens no duda que en la firma o negociación de los acuerdos, habría menos plantillas y esquemas cerrados y "más sentido común".
Ruanda, en cabeza
Por delante de los paises escandinavos, que tradicionalmente han ocupado los primeros lugares, Ruanda es el país con un mayor porcentaje de mujeres en el parlamento, según la clasificación de la Unión Interparlamentaria. Luisa Ballin, portavoz de la UPI destacó la importancia de que este estado, que recientemente "ha salido de un conflicto terrible", haya promocionado la participación de las mujeres en política hasta el punto de que encabeza la lista mundial (con 39 diputadas de 80, un 48,75%) frente a Suecia (158 de 349, con un 45,27% ), tradicionalmente el primero. "Esto demuestra que hay una voluntad política de involucrar a las mujeres en la vida política y que eso se puede hacer", dijo. Según esta responsable, la mujer "no solamente es la principal víctima de los conflictos sino que hoy en día ayuda a implementar el proceso de reconciliación y de paz o, por lo menos, un modus vivendi que permita que las sociedades puedan buscar una manera de convivir juntas", de ahí la trascendencia de su presencia en los parlamentos.
Por detrás de Suecia está Dinamarca (38%), Finlandia (37,5%)Holanda (36,7%) Noruega (36,4%) y Cuba (36%). En decimoséptimo lugar y con un 28,3% de mujeres ocupando los escaños está España, compartiendo la plaza y el porcentaje con Nueva Zelanda.
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