Un niño cantor

Parece estar hecha para promocionar a un niño cantor, imposible para el oído. Es una nueva vuelta de tuerca contra el personaje cinematográfico del ex galán Galiardo, aquí un pobre tipo mal casado e impotente, que cree haber encontrado un filón que lo sacará de pobre, pero en el fondo sólo encuentra un problema. Y tiene las formas, un poco apresuradas pero en el fondo eficazmente irónicas, de tantas otras películas de su autor, José Luis García Sánchez.

Pero lo más curioso de este filme imposible, a ratos pesado y en ocasiones hilarante, es la operación que su autor propone: nada menos que revisar, desde el presente y sin reverencias, el cine con niño, aquella pesadilla que hizo, no obstante, las delicias del público entre los años cincuenta y sesenta. Si se ve así, como una lúcida desmitificación, la cosa funciona, gracias sobre todo a la mala baba que destila su trama, a la galería de perdedores que muestra, a sus efectivos golpes de humor. Pero si usted gusta de la música, no parece que ésta sea su película.