La apertura de la avenida de Francesc Cambó está pendiente de la entrega de los últimos pisos

La entrega de las llaves de 88 viviendas de tres promociones de pisos del Patronato Municipal de la Vivienda (PMH) marcará la apertura de la prolongación de la avenida de Francesc Cambó hacia el interior del Casc Antic y la creación de un paseo casi continuo desde la calle de Princesa hasta la de Sant Pere més Baix. Es la penúltima pieza del rompecabezas de la reforma del Casc Antic, iniciada en 1988 y que ha tropezado con no pocos obstáculos, como la complicada operación del mercado de Santa Caterina y los constantes hallazgos en el subsuelo de la Barcelona medieval.

Las últimas piezas afectadas son cinco fincas de la calle de los Mestres Casals i Martorell. Pero de momento no hay fecha ni planificación para ello, ni tampoco decisión sobre si se rehabilitarán -opción que defienden los vecinos- o se derruirán.

A modo de dominó, la entrega de las últimas promociones de pisos de protección del PMH marcará el derribo de los edificios que todavía quedan en pie entre las calles de Metges y Jaume Giralt hasta Sant Pere més Baix. Antes, el Patronato tiene que sortear las viviendas. Las familias afectadas son 85, de las que 43 irán a los nuevos pisos, 10 como propietarias y otras 33 en régimen de alquiler. Del resto de afectados, 22 eran propietarios pero no residían en las fincas, y han sido indemnizados. Las otras 20 familias -algunas propietarias y otras ocupaban pisos de alquiler- también han sido indemnizadas, explicó Martí Abella, uno de los responsables de Fomento de Ciutat Vella (Focivesa), la empresa municipal que ha gestionado las intervenciones urbanísticas en Ciutat Vella.

El proceso de negociación con los afectados por la reforma también ha sido complejo, y desde la Asociación de Vecinos del Casc Antic y otras entidades se ha criticado abiertamente tanto a los responsables de la sociedad municipal como a los del distrito por cicateros. Eso ocurrió con los primeros afectados de la operación urbanística, algunos de los cuales llegaron a recurrir a los tribunales en desacuerdo con las indemnizaciones. También hubo quejas porque los pisos de realojamiento eran sensiblemente más pequeños que los que habían tenido que abandonar. Ahora, fuentes de la Asociación de Vecinos del Casc Antic apuntan que el trato y las condiciones han mejorado respecto a los primeros afectados.

Los pisos en cuestión están completamente acabados y su entrega depende de dos factores: que se finalice una estación transformadora de Fecsa y que concluya la instalación de la recogida neumática de basura que estrenará esa zona del Casc Antic. Algo que previsiblemente ocurrirá durante la próxima primavera.

No son unas promociones de vivienda de protección al uso. Se trata de esmerados proyectos, con arquitectos de firma, que coordinó Enric Miralles. Dos promociones han conservado sólo la fachada -apuntalada durante meses-, mientras que todo el interior es completamente nuevo. La tercera ha mantenido parte de la estructura original y la fachada es completamente nueva.

La originalidad de los proyectos ha llevado, por ejemplo, a perforar un nuevo paso por debajo de un edificio hacia la avenida de Francesc Cambó, pero manteniendo unos espléndidos arcos y columnas junto a la calle de los Mestres Casals i Martorell, o a mantener balcones que se asoman al vacío. Son pisos con formas desiguales, de dos y tres habitaciones, con una superficie inferior a 80 metros cuadrados.

Algunos tienen generosas terrazas y los que se asoman a las calles de Giralt el Pellisser y a la prolongación de Francesc Cambó tienen una magnífica panorámica de la cubierta del mercado de Santa Caterina y de los jardines de la casa de Francesc Cambó, al otro lado del mercado. El precio del metro cuadrado de los pisos que se venderán será de unos 570 euros. Lo cual significa que un piso de 80 metros cuadrados se venderá por unos 48.000 euros. En el caso de los de alquiler, la media será de 150 euros los de tres habitaciones y 106 los de dos.