Un proyecto con más de 16 años de historia
El plan especial de reforma del Casc Antic fue aprobado a finales de 1988, cuatro años antes que otra operación de gran calado en Ciutat Vella, la de la apertura de la Rambla del Raval. Ésta se abrió en septiembre de 2000 y la del Casc Antic aún no ha concluido, aunque todo parece indicar que será un hecho este año, junto con el flamante mercado de Santa Caterina.
Al igual que en el Raval, se planteó inicialmente un gran paseo -la prolongación de la avenida de Francesc Cambó- de 30 metros de ancho. Finalmente, se cambió de criterio.También se modificó el tipo de intervención para ser más respetuoso con la trama del Casc Antic, con calles con trazados irregulares y plazuelas que algunas de las nuevas edificaciones -con mayor o menor fortuna- han intentado emular. La reforma ha comportado el derribo de más de 500 viviendas.
Precisamente la compleja trama de calles y el mantenimiento de fachadas apuntaladas para la rehabilitación integral dificultaba el trabajo de las máquinas y las excavadoras en el Casc Antic. Esa circunstancia, unida a la constante aparición de vestigios de la Barcelona antigua -como los hallados en el subsuelo del mercado y los de la propia apertura de Francesc Cambó- ha determinado la tardanza en la ejecución del plan de reforma. Esa tardanza tuvo como consecuencia un deterioro progresivo del entorno, el cierre de no pocos comercios tradicionales que rodeaban el mercado -ahora hay un monocultivo de locutorios- y el hartazgo de los vecinos por los problemas de inseguridad creciente. Las expectativas de futuro son diferentes, y prueba de ello es el creciente ritmo de rehabilitación de los edificios del entorno.
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