El PSOE vaticina que las constructoras sufrirán un "fracaso económico"
El portavoz socialista de Infraestructuras y Transportes en la Asamblea de Madrid, José Quintana, aseguró ayer que las nuevas autopistas R-3 y R-5 serán "un rotundo fracaso económico" para las constructoras. La R-2 (carretera de peaje Madrid-Guadalajara, abierta el pasado septiembre) ha perdido 99.200 euros diarios en sus tres primeros meses de funcionamiento, según cálculos socialistas. El motivo es que por ella transita sólo una media diaria de 4.310 vehículos, cuando la previsión era de 41.335.
Trasladando estas cifras a las dos nuevas autopistas de peaje, Quintana augura unos 293.000 euros diarios de pérdidas entre la R-3 y la R-5. El diputado socialista teme que las empresas concesionarias tengan "la expectativa de revender estas carreteras al Estado en los próximos años, una vez que dichas empresas terminen de hacer las operaciones urbanísticas que se producen en el suelo vacante que circunda las radiales".
Las dos nuevas autopistas han sido construidas y van a ser gestionadas durante los próximos 50 años por la empresa Accesos de Madrid, formada por La Empresa Nacional de Autopistas, Cajamadrid y
varias empresas constructoras (FCC, Inversora de Infraestructuras, Obrascón Huarte Laín y Sacyr).
El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, defendió ayer, por el contrario, la importancia de la iniciativa privada en este tipo de proyectos. Agradeció "el valor" de estas empresas que arriesgan su dinero en la construcción de carreteras. Durante la inauguración de las dos nuevas autopistas, el ministro recordó que el plan de radiales de Madrid (R-2, R-3, R-5 y la futura R-4) supone la construcción de 282 kilómetros de autopistas. De éstos, 183 serán de peaje y 99, libres del mismo. Todo ello les costará a las empresas adjudicatarias 2.195 millones de euros aportados por la iniciativa privada.
La radiales R-3 y R-5, por otro lado, causarán "graves perjuicios económicos a las empresas de la zona sur de Madrid", según declaró ayer el alcalde de Getafe, Pedro Castro (PSOE). "No se trata de una pelea política, sino de que los vecinos del sur no estén discriminados respecto a los del norte", ya que las empresas que decidan instalarse en el sur "se verán afectadas, al ver incrementado su proceso productivo por la utilización de esas carreteras de pago", explicó. En el caso de Fuenlabrada, "se ha dejado aislado el polígono Callfersa, perjudicando los accesos a los industriales y a los trabajadores, así como al desarrollo del propio polígono", se quejó el alcalde, Manuel Robles (PSOE).
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