Irse sin confirmación oficial

Nuria Ribes y Jordi Linares hicieron las maletas para estudiar en otra universidad española sin saber si estaban becados por el Ministerio. Aunque sus universidades les indicaron que previsiblemente les concederían la beca tuvieron que esperar a la comunicación oficial, en septiembre. El Ministerio suele sacar varias resoluciones, entre septiembre y diciembre, con el curso empezado. "Administrativamente es un desastre", explica en licenciado en Historia del Arte por la Universitat de València, Jordi Linares, que estudió el último curso en la Complutense de Madrid. El alcoyano relata que el primer pago lo percibió a finales de diciembre, por lo que adelantó dinero para buscar piso. Lamenta otras trabas derivadas de estar matriculado en la universidad de origen. "Me tuvieron que hacer un carnet especial para ir a la biblioteca, no tenía derecho a tutorías como mis compañeros y algunos profesores olvidaban poner mis notas en los listados, o bien la añadían al final con lápiz". Aunque académicamente valora de "muy positiva la experiencia". Por otra parte, becada en la oficina de la Jaume I con la que tramitó su estancia en la Universidad de Salamanca donde estudió la licenciatura de Humanidades durante unos meses,

Nuria Ribes reconoce que el Ministerio se demoró en los pagos, pese a estar muy satisfecha con la experiencia.

Parte de este retraso se debe, según las universidades, a que es el Ministerio quien distribuye el dinero, a diferencia de las Erasmus donde la UE da los fondos a las universidades.