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Chirucas contra excavadoras

Por muy grande que sea una chiruca, nunca podrá frenar a las excavadoras. Eso es lo que, metafóricamente hablando, parecía pasar por la cabeza de muchos de los opositores al proyecto del eje Vic-Olot por el túnel de Bracons que ayer se dieron cita en la Vall d'en Bas. La mayoría de los manifestantes coincidían en definir como un "éxito rotundo" la convocatoria, pero acto seguido añadían que tenían el temor de que su opinión no sería tenida en cuenta. "Se nos pasarán por el forro, como en la guerra de Irak", aseguraba un veterano opositor que parecía curtido en mil batallas.

Las banderas del No a la guerra que ondeaban muchos de los manifestantes anti-Bracons eran el fiel testimonio de la impotencia de la opinión pública ante una decisión política que muchos consideran que "ya ha sido tomada". El logotipo del cartel anunciador de la marcha contra el túnel de Bracons, con una enorme bota de montaña que corta el paso a las excavadoras, era para muchos el paradigma de una lucha desigual. Aun así, se detectaba la euforia y el entusiasmo de los que no se rinden, de los que desean dejar constancia de su oposición. "La carretera se hará, pero queda claro que aquí hay 4.000 personas que no están de acuerdo", zanjaba un joven que lucía una pegatina del No a la guerra junto a otra contra Bracons.

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