Un millar de personas piden metro hasta Carabanchel

Alrededor de mil personas se manifestaron ayer para exigir que el metro llegue al ensanche (PAU) de Carabanchel, el único nuevo barrio de Madrid que no contará con este transporte. Pidieron, además, que les entreguen sus viviendas, ya que hay más de 2.000 terminadas. Aseguran que llevan soportando cinco años de retrasos y sobreprecios "injustificados". Los portavoces socialistas en la Asamblea de Madrid y el Ayuntamiento, Rafael Simancas y Trinidad Jiménez, así como el concejal de Izquierda Unida Julio Misiego, prometieron llevar el asunto a los plenos de ambas instituciones.

Un millar de personas abarrotó al mediodía de ayer la plaza de la Emperatriz (distrito de Carabanchel) para exigir al Gobierno de la Comunidad que lleve el metro hasta el ensanche del barrio. Está previsto que más 11.000 familias tengan allí su hogar.

En el actual proyecto de ampliación de la línea 11, que ahora llega hasta la estación de Pan Bendito -a dos kilómetros del ensanche-, están previstas dos nuevas estaciones: una en Carabanchel Bajo y otra en Carabanchel Alto -precisamente en la plaza de la Emperatriz-. "Esta estación no nos vale porque nos queda muy lejos", aseguró Roberto Rodríguez, uno de los miembros de la Plataforma del PAU de Carabanchel, organización que convocó la marcha junto con la asociación de vecinos de Carabanchel Alto.

Línea 11 de metro

En la protesta estuvo presente el concejal de IU Julio Misiego, que afirmó que, "si el Gobierno no construye una ampliación de la actual línea 11 de metro hasta este nuevo barrio, se estaría discriminando a estos vecinos frente a los que han conseguido casa en los desarrollos del norte [Sanchinarro, Montecarmelo y Las Tablas], que sí tienen metro". La Consejería de Transportes replica "que se va a hacer un esfuerzo enorme para ampliar en 77 kilómetros el metro en poco más de tres años, y no hay capacidad para más". "Se han primado las zonas ya consolidadas y con reivindicaciones más antiguas", añade la consejería.

Rafael Simancas, portavoz de la oposición socialista en la Asamblea de Madrid, y su homóloga en el Ayuntamiento, Trinidad Jiménez, se reunieron antes de la marcha con la plataforma. Sus representantes les explicaron que más de 2.000 viviendas están terminadas desde hace meses -con un retraso de hasta cinco años-, pero que no pueden vivir en ellas porque el presidente de la Junta de Compensación "está bloqueando la consecución de las obras de urbanización para conseguir que los vecinos paguen más dinero". Hasta que no esté concluida la urbanización, el Ayuntamiento no puede conceder la licencia de habitabilidad. Además, los afectados señalan que han pagado sobreprecios por sus viviendas.

Rafael Simancas se comprometió a instar a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre (PP), en el próximo pleno de la Asamblea del 19 de febrero, a "utilizar sus competencias en materia de disciplina urbanística para castigar los retrasos y sobrecostes en la entrega de las viviendas" y a pedir la creación de equipamientos públicos.

Recordó, asimismo, que gran parte de las zonas verdes del nuevo barrio se han reducido a causa de las carreteras R-5, M-45 y M-40. Por su parte, Trinidad Jiménez también se comprometió a llevar las reivindicaciones de los vecinos al pleno municipal.