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La misión chilena en la ONU fue espiada durante el debate de Irak

El entonces embajador Valdés confirma el 'pinchazo' telefónico

EE UU y el Reino Unido practicaron en febrero de 2003 espionaje telefónico en las sedes diplomáticas de aquellos países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en Nueva York, remisos a apoyar una resolución presentada por Washington, Londres y Madrid en favor de la guerra en Irak. El entonces embajador chileno ante la ONU, Juan Gabriel Valdés, confirmó ayer a EL PAIS los pinchazos telefónicos.

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"Cuando tuvimos noticia por la prensa británica de que se había puesto en marcha una operación de control de las comunicaciones, llamamos a los servicios técnicos para verificar si los teléfonos de la misión de Chile ante las Naciones Unidas estaban intervenidos. La verificación dio resultado positivo. En efecto, constatamos que la gran mayoría de los teléfonos estaban intervenidos", dijo ayer a EL PAÍS desde Santiago de Chile el entonces embajador chileno ante la ONU, Juan Gabriel Valdés, quien, en la actualidad, es embajador en Buenos Aires.

En febrero de 2003, el presidente norteamericano, George W. Bush, el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno español, José María Aznar, promovían una nueva resolución- la segunda, después de la 1.441, aprobada el 14 de noviembre de 2002- en el Consejo de Seguridad para obtener la aprobación del uso de la fuerza en Irak.

En los contactos bilaterales entre el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, la ministra española Ana Palacio y el responsable del Foreign Office, las cuentas no salían. Los tres promotores de la guerra necesitaban ocho votos sobre los quince del Consejo de Seguridad. El trabajo se concentró en siete países: Chile, México, Angola, Camerún, Guinea, Bulgaria y Pakistán. Para el embajador norteamericano, John Negroponte, estos eran países indecisos.

El 2 de marzo de 2003, el periódico británico The Observer informó de que EE UU había solicitado al Reino Unido apoyo para intervenir los teléfonos de las misiones diplomáticas de los países citados, cuyo voto era fundamental para obtener la mayoría de 8 sobre 15.

En el memorándum, enviadopor el funcionario Frank Koza, de la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana el 31 de enero de 2003, se informaba de una operación "dirigida al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para conseguir detalles sobre cómo los países miembros están reaccionando en el debate en curso sobre Irak". La labor de vigilancia estaba vinculada a la comparecencia del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en la ONU, prevista para el 5 de febrero de 2003, y prometía más datos. "Ustedes tendrán más detalles a través de canales formales a mitad de la próxima semana, después de la presentación del secretario de Estado [Powell]". El memorándum solicitaba "toda la gama de información que puede facilitar a los responsables de la política de Estados Unidos una ventaja en la obtención de resultados favorables a sus objetivos o anticiparse a sorpresas". En la nota no se menciona México. Se supone que EE.UU ya controlaba a éste país.

Días después de la publicación, la policía británica detuvo en Londres a Katharine Gun, traductora de chino (mandarín), del Departamento de Comunicaciones Gubernamentales británico, organismo de inteligencia, por la filtración. Gun espera su juicio en Londres.

Ayer, Valdés confírmó a EL PAÍS los pinchazos en la misión chilena de Nueva York.

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