Los marroquíes creen que su nivel es igual al de los alumnos españoles
No hay un alumno en los seis institutos que España tiene en Marruecos que no quiera estudiar en la Universidad española. Todos sueñan con hacer una carrera en la península y quedarse en España después. Dan sus razones: "Porque, aunque Marruecos es un país muy bonito, la mentalidad no me convence; está muy atrasada", dice Marouan Daoud, 18 años, estudiante de segundo de bachillerato en el instituto español de enseñanza secundaria Severo Ochoa de Tánger.
"Porque aquí a las mujeres no se nos trata igual que a los hombres", añade Mariam Noaimi, compañera de Daoud. Y uno tras otro -tanto chicas como chicos-, van deshojando argumentos para justificar su decisión de hacer la carrera de Medicina en Granada, Ingeniería en Sevilla o Astrofísica en Valencia.
Mohamed Abboudi no duda de que el año que viene empezará a estudiar Ingeniería en la Universidad Hispalense. Para él, lo peor será "estar sólo lejos de casa, sin nadie que te controle".
El alumnado de los institutos españoles en Marruecos se siente seguro de sí mismo y confía en sus capacidades. Piensan que llegarán a la universidad bien preparados. "Tan bien o mejor que los estudiantes de España", apunta Nabil el Maimouni Romero, hijo de padre marroquí y madre española.
¿Regresar o quedarse? Después de cinco o seis años estudiando en España, los jóvenes marroquíes tendrán que elegir. Por la experiencia recogida hasta ahora, aunque no hay datos oficiales, una gran mayoría no concluye los estudios superiores o termina haciendo una carrera distinta (por lo general más corta) de la que había proyectado.
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