Seis municipios dejarán de usar el vertedero de Málaga por caro

Seis de los siete municipios de la franja oriental de la provincia de Málaga que utilizaban la planta de tratamiento de residuos sólidos de la capital se han negado a aceptar las nuevas tarifas impuestas por el Ayuntamiento que preside Francisco de la Torre, quien han aumentado un 77,9% respecto a las del año anterior, y llevarán sus basuras a partir de marzo al vertedero de Valsequillo, en la comarca de Antequera.

En la reunión que celebraron ayer los alcaldes de los municipios afectados, y a la que no acudió el primer edil de Nerja, el único de los siete que pertenece al PP, éstos decidieron además no abonar al Ayuntamiento de Málaga las tarifas correspondientes a los meses de enero y febrero, que depositarán en una cuenta judicial. El depósito se mantendrá hasta que se resuelva el recurso contencioso-administrativo con el que estos municipios ya impugnaron la subida de tarifas que impuso el Ayuntamiento de Málaga en 2001.

El diputado provincial de Medio Ambiente, Antonio Blanco (IU), que tachó de "insolidario" al Ayuntamiento de Málaga y dijo que éste saldrá perjudicado por las tarifas "disuasorias" que ha aprobado, ya que dejará de ingresar este año unos 3.600.000 euros por la decisión de estos municipios de no volver a usar la planta de Los Ruices.

Los municipios pagarán por la utilización de la planta de Valsequillo, en la comarca de Antequera, 23 euros por tonelada métrica de basura tratada, 25 euros menos que lo que debían pagar por usar la planta de Los Ruices.

Hasta el año pasado, el Ayuntamiento de Málaga cobraba a estos municipios 22,44 euros por tonelada, pero para este ejercicio subió el precio hasta 39,90 euros. A estas tarifas hay que sumar 8,30 euros por tonelada correspondiente al coste del transporte de los residuos. En Valsequillo este aspecto será más caro, 17 euros, aunque por el tratamiento únicamente pagarán seis euros.

Blanco señaló que el uso de la planta de Valsequillo es una medida provisional, hasta la construcción de una planta de tratamiento en La Axarquía, proyecto que, según reconoció, "llevará su tiempo".