La estrategia del modista
Las novias suelen estar guapas el día de la boda. Pero para Letizia Ortiz esto se ha convertido, casi, en una "cuestión de Estado". No tendrá problemas con su físico. Ya nos hemos acostumbrado a verla y hay consenso: gusta, si bien he observado que gusta más cuando habla y se mueve con libertad. Por este lado, pues, no hay problemas: da la talla; no lo pueden decir todas las novias.
Está comprobado que una novia, aunque sea muy guapa, no es una novia sin el vestido que lo confirme. Ésta es la cuestión: la novia también es el vestido. No pocos creen, incluso, que el vestido "hace" a la novia. Gran problema, pues, cuando el vestido no sólo es cuestión "de Estado", sino que forma parte de un gran espectáculo global. De hecho, ese día Letizia y su traje de novia también "venderán" por el mundo imagen de España.
En esa tesitura, escoger un diseño de Manuel Pertegaz (86 años) es apostar sobre lo seguro. Español (aragonés), su trayectoria es la de un maestro indiscutible del buen gusto: en su tiempo fue un precursor de la modernidad para las españolas, las sacó de la ñoñería beata y folclórica y puso a su disposición el placer de la libertad de movimientos. Su diseño fue aclamado en EE UU, plaza mucho más difícil que París, y sus clientas han ido de Ava Gardner a la duquesa de Windsor, pasando por la reina Sofía o Jackie Kennedy. Pudo instalarse en París o Nueva York pero se quedó en Barcelona. Hoy ejerce su trabajo para una minoría de exquisitas; su especialidad, ahora, son las novias. Ése es su pedigrí.
El vestido de Letizia será la culminación de la carrera profesional del modista: un reto complicado. ¿Cuál será su estrategia en el vestido de Letizia? En realidad, Pertegaz también se casa definitivamente: con Letizia.
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