Vitoria rehabilitará su muralla medieval y creará un paseo ajardinado abierto al público
Los hallazgos arqueológicos confirman que la antigua Gasteiz tenía entidad urbana
La antigua Gasteiz no era una simple aldea cuando el rey Sancho el Sabio de Navarra la refundó como Nova Victoria en 1181. Las investigaciones arqueológicas en la catedral de Santa María han sacado a la luz una muralla de piedra de considerables dimensiones levantada en el siglo XI, que todavía se mantiene en pie en buena parte de su perímetro, semioculta entre las calles Correría y Cuchillería. La rehabilitación de la muralla supondrá su apertura al público, con la creación de un paseo ajardinado a lo largo de todo el paso de ronda, desde la catedral hasta el palacio Villasuso.
La muralla de Vitoria ha estado siempre ahí, desde el siglo XI, pero los vitorianos nunca la han tenido en consideración, salvo en tiempos de conflicto, cuando se reconocía su utilidad. Esta apreciación la realizó el historiador y museólogo Ricardo Apraiz y Buesa a mediados del siglo XX y fue ayer recuperada por el catedrático de Arqueología, Agustín Azkarate, durante la presentación de los últimos descubrimientos arqueológicos en el casco medieval de Vitoria.
Las investigaciones forman parte de los trabajos que la Agencia de Renovación Urbana está realizando para la rehabilitación del casco medieval, que en esta ocasión cuenta con la colaboración del Gobierno vasco. El estudio es paralelo al que se realiza en la catedral de Santa María, lo que ha permitido confirmar cómo las murallas que se conservan en Vitoria son anteriores a la fundación de la ciudad. De este modo, se abre un nuevo campo de intereses para la promoción de la zona antigua de Vitoria, a partir de su atractivo como uno de los principales enclaves medievales del País Vasco.
Gasteiz amurallada
Aquella Gasteiz del siglo XI era una población amurallada, con una iglesia adosada al interior de esos muros, junto a la puerta Norte. Diecinueve años después de la fundación por Sancho VI el Sabio de Navarra, fue conquistada por Alfonso VIII de Castilla, y en 1202 un incendio arrasó esa nueva Vitoria. El monarca castellano, decidido a apoyar la ciudad, apuestó por la construcción de una catedral, "que se levantará fuera de la muralla, frente a lo que se había pensado hasta ahora", explicó ayer Azkarate, en la presentación del adelanto de sus investigaciones. Albañiles, canteros y carpinteros salieron de este modo a trabajar extramuros, hasta que el edificio alcanzó las dimensiones necesarias para poder derruir el lienzo de muralla que se había quedado dentro del templo.
Los restos del arco de una puerta y de una torre incrustados en la catedral confirman esta operación arquitectónica. Posteriores catas arqueológicas han servido para vincular lo que quedaba de la fortificación con aquellos muros primitivos, que se han conservado gracias a que se adosaron nuevas edificaciones, en tiempos benignos.
"Las guerras carlistas obligaron a recuperar de nuevo todo el trazado, derruyendo las viviendas adosadas para que recuperase su función natural", comentó Azkarate, quien recordó cómo en 1950 había constancia de que quedaban en pie 16 torres. "Hoy sólo se mantiene media docena; razón de más para conservarlas", apuntó el arqueólogo.
La idea que maneja el Ayuntamiento de Vitoria es la creación de un paseo ajardinado que respete la privacidad de los vecinos, al estilo de los parques semiprivados ingleses, que cierran por las noches.
"Nosotros no tenemos derecho a ignorar la memoria de la ciudad. La recuperación de las murallas es un proyecto estratégico que va a hacer ganar en calidad al casco medieval tanto a los vecinos como a los visitantes", dijo ayer el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso.
De momento, se ha puesto en marcha el estudio arqueológico, con una duración de tres años y un presupuesto de 293.359 euros. El Gobierno vasco se ha comprometido a aportar el 85% del total.
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