La Diputación guipuzcoana pierde la 'batalla' de las incineradoras
Irún y Hondarribia ganan el pulso a la entidad foral y mantienen su proyecto de planta comarcal
A la Diputación de Guipúzcoa no le ha quedado más remedio que aceptar finalmente la construcción de dos incineradoras, pese a que apostó decididamente por una única planta para toda la provincia. La Mancomunidad de Txingudi ha hecho prevalecer sus intereses y seguirá adelante con su infraestructura comarcal para Irún, Hondarribia y Hendaya. Las siete mancomunidades restantes y la Diputación se han dado de plazo hasta julio de este año para elegir el emplazamiento de la incineradora provincial. Un estudio analizará la mejor ubicación en todo el territorio.
La Diputación guipuzcoana ha tenido que aceptar a regañadientes la decisión final de construir finalmente dos incineradoras. La comisión de seguimiento del Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos -compuesta por la propia Diputación y las ocho mancomunidades que tienen la competencia exclusiva en el tratamiento de las basuras- anunció ayer oficialmente que Guipúzcoa contará con dos plantas de "valorización energética". Una de ellas estará ubicada en Gaintxurizketa (Hondarribia) y sólo dará servicio a los municipios de Irún, Hondarribia y el francés de Hendaya. La segunda, para el resto de la provincia, se erigirá en un lugar que resultará elegido tras el estudio de emplazamientos que contratará a finales de febrero la institución foral.
El acuerdo adoptado por la citada comisión es acorde con el plan de residuos aprobado por el anterior equipo de la Diputación y que contemplaba de una a tres incineradoras para Guipúzcoa. Sin embargo, y al mismo tiempo, echa abajo la apuesta del actual Gabinete foral, firme partidario de construir una sola planta para todo el territorio.
El diputado general, Joxe Joan González de Txabarri, en su primer debate de política general celebrado a comienzos de octubre pasado, conminó a los alcaldes de Irún y Hondarribia, José Antonio Santano y Borja Jauregi, del PSOE y del PNV, respectivamente, a paralizar los trámites para crear una planta comarcal en el Txingudi. En una reunión posterior, Txabarri les advirtió de que sólo si estos ayuntamientos renunciaban a su proyecto la Diputación entraría a financiar con cantidades económicas relevantes la construcción de una única planta para atender a toda la provincia.
Los alcaldes del Bidasoa, incluido el de Hendaia, José Luis Ezenarro, han hecho prevalecer sus intereses frente a los de la Diputación y finalmente abrirán una planta transfronteriza, previsiblemente a finales de 2006, con una inversión cercana a los 36 millones de euros.
Estudio de ubicaciones
El diputado de Medio Ambiente, Luis Mari Oiarbide, informó ayer de que un análisis comparado de costes concluye que para los ciudadanos del Txingudi supone casi el mismo gasto tratar sus basuras en la planta comarcal que transportarla a una incineradora provincial más alejada. En concreto, Txingudi calcula una tarifa de unos 68 euros por tonelada si elimina la basura en su planta, frente a los 65 que costaría llevarla en camiones y tratarla en la incineradora provincial.
A la vista de estos resultados, agregó Oiarbide, la comisión acepta que el Txingudi continúe con su proyecto, "dada la premura que afecta a esta mancomunidad por carecer desde hace años de infraestructuras para gestionar sus residuos". En la actualidad pagan un canon por verter sus basuras en el vertedero de San Marcos, cuya vida útil expira en 2006.
El resto de las mancomunidades y la Diputación deberán determinar en junio o julio de este año dónde quedará ubicada la principal incineradora de Guipúzcoa. Para ello, se encargará un estudio para encontrar en todo el territorio guipuzcoano el mejor emplazamiento para esta infraestructura. No obstante, existe un consenso amplio sobre la conveniencia de construirla en el área de Donostialdea o en sus proximidades, puesto que en este ámbito se genera el 50% de las basuras de toda la provincia.
La Mancomunidad de San Marcos, que gestiona los residuos de la comarca donostiarra, acordó a mediados de octubre pasado abrir una incineradora en Urnieta, e incluso se prestó a recoger en esta planta toda la basura de Guipúzcoa. Esta decisión fue muy criticada por la gran mayoría de los vecinos del municipio y recibió el rechazo de todos los grupos municipales. Finalmente, San Marcos ha dejado sobre la mesa su decisión y respetará el resultado del estudio de ubicaciones que tiene previsto contratar la Diputación.
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