París y Londres quieren la agencia de armamento
Los Gobiernos de Francia y Reino Unido, las dos grandes potencias militares de Europa, negocian estas semanas un acuerdo para la gestión de la Agencia Europea de Armamento, cuyo funcionamiento efectivo está previsto para junio. El nuevo organismo, que impulsará proyectos conjuntos de armas y participará en la designación de las capacidades militares que deberá tener la Unión, será presidido por el alto representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, pero tendrá un director ejecutivo, y Londres y París desean ocupar el puesto al menos durante los dos primeros mandatos.
Francia y Reino Unido, junto con Alemania, ya alcanzaron el pasado otoño un acuerdo global para que Londres se incorpore al proyecto de la Europa de la Defensa. Como pieza básica del mismo figura la Agencia Europea de Desarrollo de Capacidades, Investigación, Adquisición y Armamento, un organismo que los líderes de la Unión decidieron poner en marcha este mismo año.
La pasada semana, Solana nombró al británico Nick Witney responsable del equipo de 12 o 15 expertos que propondrá la estructura financiera, legal y administrativa de la agencia. Witney, director general de Política de Seguridad Internacional en el Ministerio británico de Defensa, compitió por el puesto con el francés Laurent Giovacchini, director de Cooperación e Industria de la agencia francesa de armamento. En junio, Solana propondrá el nombramiento del director ejecutivo de la agencia. En el caso de que el puesto sea ocupado también por Witney, en principio para cuatro o cinco años, fuentes francesas ya han señalado que el siguiente mandato "tendría que corresponder a un francés".
La agencia, cuyas decisiones finales serán adoptadas por los ministros de Defensa de la UE, estará abierta a la participación de todos los países de la Unión. Su principal objetivo consistirá en mejorar las capacidades militares de los Estados en apoyo de la Política Europea de Seguridad y Defensa a través de la identificación de necesidades para la gestión de crisis, la armonización de equipos militares, la promoción de proyectos conjuntos, la creación de un mercado europeo de armamento y el desarrollo de líneas de investigación.
La Europa de la Defensa, como insisten en las instituciones europeas, sólo será creíble si participa Londres. Pero, en el caso de la Agencia de Armamento, Francia y Reino Unido mantienen discrepancias de fondo. Los británicos hacen más hincapié en desarrollar las capacidades militares para mejorar la gestión de crisis y los franceses se centran más en potenciar el mercado europeo de armamento.
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