Un 'chico' de 90 años
Intelectuales, políticos y periodistas celebran en la Residencia de Estudiantes el noventa cumpleaños del teólogo Miret Magdalena
"¿Por qué somos tantos los que queremos a Enrique", se preguntó Fernando Ledesma, ex ministro de Justicia en el primer gobierno de Felipe González, durante la celebración del 90 cumpleaños de Enrique Miret Magdalena, que convocó anoche a dos centenares de personas en la Residencia de Estudiantes, en Madrid. El jurista Eduardo Jauralde, de 93 años, que había subido a la tribuna de oradores minutos antes, dio una clave: "Enrique es el apóstol de nuestro tiempo para los cristianos que sobrevivieron a un tiempo en que había que pagar un impuesto para poder comer carne los viernes. Muchos se alejaron de la fe y Enrique los ha vuelto a traer, porque su vida representa la libertad de los cristianos y, también, la libertad de pensamiento y de crítica".
Miret Magdalena, intelectual católico cuya tarea de divulgación periodística durante décadas peligrosas -en Cuadernos para el Diálogo y, sobre todo, en la mítica Triunfo-, "no tiene parangón en la historia del periodismo español", en palabras de José Ángel Ezcurra, director de la desaparecida Triunfo, tiene una divisa para explicar la juvenil longevidad que exhibió anoche ante amigos, admiradores y familiares: "Ser moral para ser feliz". Desarrolló la tesis hace dos años en un delicioso libro: ¿Qué nos falta para ser felices?.
Miret Magdalena, en un discurso de agradecimiento que colmó con la cita de innumerables amigos, desde Jesús de Polanco a Joaquín Ruiz Giménez, pasando por los teólogos José María Díez Alegría y Casiano Floristán, se proclamó "pimpante" de ganas de vivir. Su esposa, Isabel Bernal, y sus siete hijos, que convocaron el acto festivo a sus espaldas, con la connivencia de Juan Luis Cebrián, primer director de EL PAÍS y maestro de ceremonias anoche, lo dijeron en la carta de convocatoria: "No es un padre mayor. Siempre hemos sentido que es un chico de su edad, como a él le gusta decir".
El diputado Alfonso Guerra, la periodista Nativel Preciado, el actor Pepe Martín -que leyó un poema de Juan de la Cruz- y el hijo pequeño del homenajeado, Fico, también subieron a la tribuna para festejar a un intelectual que Cebrián destacó por ser "maestro en sabiduría, en libertad y en bondad". "Nunca se ha callado lo que creía que debía decir", añadió.
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