La carrera por los Andes
EE UU y Europa compiten por atar acuerdos comerciales con la CAN
Los directivos de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) se han reunido esta semana con el comisario europeo de Relaciones Exteriores, Christopher Patten, y representantes de Comercio Exterior de Colombia, Perú y Ecuador. El objetivo es el mismo: iniciar formalmente las conversaciones para firmar tratados de libre comercio con la Unión Europea y Estados Unidos.
Un acuerdo con EE UU podría doblar el crecimiento económico de la zona, que en 2003 llegó a un 3,3%, y aumentar las exportaciones
La Comunidad Andina de Naciones representa un mercado de 119 millones de habitantes con abundantes reservas de gas o petróleo
La Comunidad Andina de Naciones (CAN) -bloque comercial suramericano integrado por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela- representa un mercado de 119 millones de habitantes donde aún queda pendiente una fuerte ola privatizadora de empresas públicas (marcadas por una producción ineficiente), y donde el oro, el petróleo y el gas se encuentran a manos llenas.
No obstante, estamos hablando de una zona que concentra gran parte de la pobreza latinoamericana y que se caracteriza por tener crisis políticas constantes. Allí, empresas estadounidenses y europeas como Repsol, British Petroleum, Shell o Duke Energy tienen fuertes inversiones que, hasta el momento, se encuentran desprotegidas ante la inseguridad jurídica.
Las inversiones de Estados Unidos en la CAN llegaron a 1.948 millones de dólares en 2002, un 24% del total de la inversión extranjera directa en el bloque. El capital de países de la UE rondó los 1.475 millones este mismo año, una caída del 40% en relación a 2001.
Las conversaciones de Estados Unidos con el bloque se encuentran muy avanzadas desde que hace dos meses el Gobierno de Bush anunciara la intención de forjar un bloque comercial. Para ello, el jueves pasado Colombia, Perú y Ecuador -bajo la supervisión de Washington- comenzaron formalmente a aunar posiciones en Bogotá para definir en qué sectores hay coincidencia, si hay productos comunes sensibles o desgravación arancelaria.
Estos tres países tendrán que llegar a acuerdos en propiedad intelectual, sector agropecuario y normas de origen. Luego entraría Bolivia, que aún debe cumplir requisitos como regularizar los impuestos a las compañías petroleras. Venezuela no participará, pues su presidente, el izquierdista Hugo Chávez, se negó a conversar con EEUU.
La negociación deberá culminar a fines de 2004. Para la CAN, un acuerdo podría doblar su crecimiento económico, que en 2003 llegó a 3,3% (excluyendo Venezuela, que cayó un 9,5%) y aumentar sus exportaciones al país, las que el año pasado llegaron a 23.000 millones de dólares.
Para Europa, en cambio, la situación se presenta más lenta, ya que las conversaciones están entrampadas en la aplicación de un arancel externo común. Para afinar detalles, el comisario de asuntos exteriores, Chris Patten, se ha reunido durante la semana con representantes de la CAN, Colombia y Ecuador. Ambos bloques se encuentran ligados por un ambiguo acuerdo de "diálogo político y cooperación económica" firmado el 15 de diciembre pasado en Roma. Hasta el momento para la UE, el comercio con la CAN representa sólo el 0,9% de sus intercambios.
Desde Bruselas, Patten ha señalado que el futuro acuerdo de libre comercio está "supeditado a los progresos de las negociaciones de la OMC". Para los analistas comerciales, las presiones de Patten son válidas, ya que parte de la liberalización solicitada por los países en vías de desarrollo -y en especial de Latinoamérica- a Europa y EEUU podría quedar saldada en este tipo de acuerdos regionales.
Así, los grandes bloques podrían mantener la protección a sus industrias frente a China, además de ingresar con condiciones privilegiadas a países ricos en materias primas e hidrocarburos, pero pobres en industria. La batalla está servida.
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