"La fuerza militar facilita la diplomacia"

Pregunta. ¿Qué le parece el tono de los temas que se están suscitando en el bando demócrata?

Respuesta. En mi opinión, lo están pasando mal. Empezaron dispuestos a intentar utilizar la economía en nuestra contra. Y han dedicado mucho tiempo a hablar de la economía, pero el caso es que la economía estadounidense tiene buenas perspectivas. Vamos en buena dirección. En cuanto a la política exterior y la seguridad nacional, se han desinflado, hasta cierto punto, gracias a nuestro éxito en Irak, sobre todo con la captura de Sadam. Los demócratas no tienen una postura unificada; para ellos es un problema más delicado.

P. ¿Cree que EE UU debe tener más en cuenta el peligro permanente del terrorismo? ¿Existe un riesgo de autocomplacencia?

R. Desde luego que hay un riesgo de autocomplacencia. Éste es un conflicto distinto a cualquier otro que hayamos vivido hasta ahora. Y, precisamente por eso, es difícil establecer el límite entre permanecer vigilantes, preparados para hacer todo lo posible con el fin de impedir nuevos atentados terroristas, sin caer en la autocomplacencia, y, por otro lado, entrar en una situación en la que todo el mundo esté tan asustado que se encierre en su casa y eso provoque un frenazo de la economía; la victoria de los terroristas sin necesidad de cometer otro atentado. Se trata de no dejar que se impongan los terroristas, ni con atentados ni con la amenaza de atentados. Pero tenemos que permanecer alerta. Tenemos que recordar que estamos en guerra.

P. Se les ha criticado por asociar a Sadam con Al Qaeda y crear en la opinión pública la idea de que existe una conexión entre ellos. ¿Puede ser real un peligro incluso antes de poder demostrarlo a la opinión pública? ¿Existen ocasiones en las que es preciso establecer conexiones?

R. Por supuesto, hay circunstancias en las que es necesario. Empezamos con la amenaza existente. Sabemos que existe, puesto que sufrimos los atentados del 11-S. Utilizamos los servicios de información, de la mejor forma posible, para intentar prever qué va a hacer el enemigo. Además, tenemos que suponer que seguramente no tenemos todos los datos. Es decir, lo que hay que hacer, más que ninguna otra cosa, es aplicar criterios, juzgar. Los datos obtenidos mediante los servicios de información no suelen estar fuera de toda duda. Hay unos profesionales que recogen toda la información posible, la analizan, sacan sus conclusiones y hacen sus recomendaciones para que los responsables políticos actúen en consecuencia.

P. También han hablado ustedes de promover la democracia en todo el mundo y luchar contra el enemigo. ¿Qué supone eso respecto a Siria, Irán y Corea del Norte?

R. No se me ocurre pensar que cada problema se pueda tratar como el anterior. No creo que haya un molde, que se pueda decir que las cosas son de esta forma y, como hemos empleado este método con Irak, es el que va a haber que utilizar para abordar otros problemas en el mundo. Hasta cierto punto, si se utiliza la fuerza militar como hicimos en Irak, se facilita la labor diplomática a la hora de afrontar otros problemas, se hace que sea más eficaz.