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Entrevista:ARTUR MAS | Secretario general de Convergència Democràtica

"Lo que es coherencia, este Gobierno ha demostrado poca, de momento"

Enric Company

El líder de la primera fuerza de la oposición en el Parlament, Artur Mas, no quiere precipitar su juicio sobre la actuación del nuevo Gobierno de la Generalitat. Garantiza una oposición tranquila, pero exigente.

Pregunta. Primero pensaron que corrían el serio riesgo de perder el Gobierno. La noche electoral creyeron que lo retenían. Y luego lo perdieron. Vaya estrés, ¿no?

Respuesta. Todo esto ya es historia. Evidentemente, no nos complace cómo ha ido, pero ya pasó. Hubo mucha tensión, y mucha gente ha salido un poco tocada desde el punto de vista psicológico. Pero el tiempo lo cura todo.

P. ¿Qué opinión le merecen los primeros pasos del Gobierno de Maragall?

R. De este Gobierno hay algunas cosas que podían esperarse y no se dan, hablando sólo de las decisiones que ya han tomado. Una es coherencia con lo que había prometido y predicado. Lo de la paridad de sexos, por ejemplo, ha pasado a la historia. Lo de designar por consenso al director general de la radiotelevisión de la Generalitat, también. Lo que es coherencia, de momento ha demostrado poca.

"No tenemos ningún interés en hacer un bloque opositor junto con el PP"

P. ¿Qué otras cosas esperaba?

R. Podía esperarse más agilidad y menos pelea en los nombramientos. Ya sé que no vivimos en un paraíso. Pero la sensación ha sido de exceso de peleas. Y otra cosa que podía esperarse, ya que habían dicho que harían maravillas, es que tuvieran alguna idea.

P. Dijo días atrás que va a ejercer una oposición tranquila. ¿Se planteó otra opción?

R. Sí. Pero lo rechazo. No es lo que corresponde a una primera fuerza, que ha de tener un papel central. Y no se puede tener un papel central sólo a base de criticar a los otros. Como CiU, tenemos un estilo y una imagen, que es la de una fuerza serena, tranquila y constructiva. Aunque estemos en la oposición. Y luego permítame una referencia personal: yo aspiro a ser presidente de la Generalitat y el presidente no puede ser un manazas. Dicho esto, haremos una oposición exigente, puede estar seguro

P. ¿Habrá o no un bloque de oposición CiU-PP?

R. Creo que no. No tenemos ningún interés en que lo haya. Y creo que las circunstancias llevarán a que no lo haya. Es más posible que haya una oposición diferenciada entre CiU y el PP.

P. ¿En qué?

R. En lo que denominamos asuntos de país: Estatuto, financiación de la Generalitat, nueva división territorial de Cataluña, ley electoral. En este bloque queremos situar bien nuestras tesis. También en todo lo relativo al prestigio de Cataluña y su capacidad de atracción, de inversiones o de gentes.

P. El nuevo Gobierno dice que ha encontrado vacía la caja de la Generalitat. ¿Es así?

R. Hay mucha pose en todo esto. Antes de las elecciones dijeron que el sistema de financiación era un desastre y Maragall llegó a afirmar que no pagaríamos la nómina de diciembre. ¿Cómo pudieron prometer tantas cosas si según ellos no había dinero? La Generalitat tiene muchas posibilidades financieras que, bien llevadas, con discreción y eficacia, dan bastante juego. Prueba de ello es lo que el anterior Gobierno puso en marcha en materia de infraestructuras y de políticas sociales.

P. ¿Qué le parece el anuncio de una reducción del 2% del gasto corriente?

R. Cuando lo concreten, veremos. ¿A qué gasto corriente se refieren?, ¿a las nóminas? Lo veo difícil. ¿A echar gente? Ya dirán qué gente. Más bien parece lo contrario, que hablan de contratar maestros y médicos. Ya se verá. ¿Pago de intereses de la deuda? Ahí sí hay margen, si bajan los intereses. Pero eso depende del Banco Central Europeo. Lo que queda por recortar son subvenciones. Y el funcionamiento del sistema: escuelas, hospitales, ambulatorios, residencias, etcétera. Habrá que ver.

P. Desalojada del Gobierno, ¿es más débil CiU como organización?

R. Un partido que va a las elecciones ha de saber que en un momento determinado estará en la oposición. Aunque eso se vive peor si no eres la primera fuerza.

P. ¿Se siente reforzado, tras las elecciones autonómicas?

R. Sí. La clave de aquellas elecciones no era simplemente asegurar que continuásemos en el Gobierno. La clave era si, en las circunstancias en que estaba, CiU podía ganar. Y por tanto, si el espacio político, sociológico, sentimental que CiU representa quedaba reforzado o no. Y el resultado electoral fue que sí.

P. ¿A qué circunstancias de CiU se refiere?

R. Al peso de 23 años en el Gobierno, al cambio de un liderazgo tan potente como el de Jordi Pujol y a una relación muy erosionante con el Gobierno del PP.

"España necesita descompresión"

P. ¿Que harán si tras las elecciones legislativas han de optar inevitablemente entre PP y PSOE?

R. Tenemos que actuar con una dosis equilibrada de responsabilidad y de exigencia. Las dos cosas. No obstaculizar que haya un Gobierno en España, pero sin identificarnos con él. Nuestra voluntad es no hacer pactos estables para cuatro años, sino negociaciones asunto por asunto con quien esté en el Gobierno. Éste es nuestro esquema.

P. ¿Qué idea le queda de Aznar?

R. Una de las peores cosas que deja Aznar es la sensación de gran tensión entre territorios, de desprecio, de ahogo del centro sobre la periferia. Es una herencia muy negativa. Todo esto hay que recomponerlo. Después de que haya un nuevo Gobierno, en España ha de haber una descompresión. Si llega y los grandes asuntos que nos interesan se enfocan de manera positiva, flexibilizaremos nuestras posiciones.

P. ¿Podría darse el caso de que ustedes apoyaran o pactaran con el PSOE para el Gobierno de España y eso planteara la entrada de CiU en el de Cataluña?

R. Claro que podemos llegar a acuerdos con el PSOE si llega el caso. Pero no nos planteamos ni que el Gobierno de Cataluña sea un cromo de cambio de lo que se haga en Madrid, ni entrar en el Gobierno de España. Para que algo de eso pudiera ser planteable, tendría que haberse producido esa descompresión de que le hablaba. No tenemos la tentación de entrar en el Gobierno de España.

P. Insisto, ustedes pueden quedar el 14 de marzo como en 1996, de forma que la aritmética parlamentaria les obligue a decidir entre PP y PSOE. ¿Qué harían?

R. Como en 1996 o como en 1993. Ya se verá. La experiencia de pactos con el PSOE y con el PP nos ha dejado muy escaldados, por decirlo rápido.

P. Pues si ni con unos ni con otros ¿cómo van a estar en la política española?

R. Lo de meterse en la cocina, arremangarse, mancharse de aceite y que luego nadie te lo agradezca ha pasado a la historia. No renunciamos a ello en un futuro; pero de momento, no. Esta vez, no.

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