Fabra registró un chalé en Madrid a nombre de su empresa de asesoría
El coste de la vivienda equivale a los ingresos totales de su sociedad durante cuatro años
Carlos Fabra, presidente del PP de Castellón, ocultó en una reciente presentación de su patrimonio personal la posesión de un chalé valorado en 722.000 euros ubicado en el madrileño municipio de Pozuelo de Alarcón, según informó ayer la cadena SER. Esta propiedad está registrada a nombre de la sociedad Carmacas, a través de la cual Fabra realizaba asesoramientos y, según la denuncia que obra contra él, cobraba por sus mediaciones políticas.
La citada vivienda es un chalé de unos 400 metros cuadrados y sirve de residencia habitual a una de las hijas de Fabra, Claudia. Fue adquirida el 4 de abril de 2003. Un mes antes, la otra hija, Andrea, y su marido, el actual consejero de Economía de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes, escrituraron otro chalé de similar valor en las cercanías.
Fabra acumula una serie de propiedades entre las que destacan una casa rural en Culla, un piso de más 200 metros en una de las zonas más cotizadas de Madrid, cuatro parcelas en la urbanización castellonense La Coma, junto a un campo de golf; un piso en la capital castellonense, y un chalé a nombre de su esposa y sus hijos en Oropesa.
Frente a tan abultado patrimonio inmobiliario, las últimas cuentas conocidas de Carmacas, la empresa de Fabra, correspondientes al ejercicio de 2002, revelan unos resultados discretos. Los ingresos anuales en los dos últimos ejercicios no superan, sumados, los 333.000 euros. Y al cierre del ejercicio de 2002 tenía contraídas deudas a corto plazo por valor de 297.000 euros, más otros 22.000 a largo plazo.
El endeudamiento se disparó de un año a otro, ya que en 2001 era de apenas 50.000 euros. La sociedad no es sólo propiedad de Carlos Fabra, si bien es el socio mayoritario. Controla el 90% de la empresa. El resto se lo reparten sus dos hermanos.
Con todo, Fabra logró unos exiguos beneficios en 2002. Apenas unos 17.000 euros. En dicho ejercicio, la sociedad no disponía de ningún edificio o propiedad inmobiliaria. Por contra, el inmovilizado inmaterial ascendía a 74.000 euros. Y le debían 200.000 euros.
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