"La igualdad no es con los hombres, sino entre hombres y mujeres"
La antropóloga y diputada mexicana del PRD Marcela Lagarde seduce desde la primera frase: su oratoria impecable se basa en un manejo magistral de la lengua, unido a una visión a larga distancia de la historia de las mujeres, que no está reñida con un seguimiento fiel de los acontecimientos diarios. Ayer, lo mismo comentaba el acuerdo del Foro de Bombay para que la Corte Penal Internacional se ocupe de los delitos contra la mujer que la trascendencia de la Conferencia de Pekin de septiembre de 1995, donde se reunieron 40.000 mujeres de todo el mundo.
"Aunque no hay que dejar de reconocer los avances que ha tenido la lucha por los derechos de las mujeres en el siglo XX, en los últimos tiempos se trata de invisibilizar la identidad política del feminismo, como si los logros que se obtienen fueran inevitables, algo que se considera lo más normal", comentaba ayer Lagarde después de participar en Vitoria en el taller Mujeres y política, organizado por Emakunde y que ha reunido a 60 cargos públicos de todo el País Vasco.
"La violencia de género se reactiva conforme avanzan los derechos de las mujeres"
Aunque no le gusta hablar de los problemas de la mujer ("quiero pensar en las mujeres, en plurar, en una diversidad"), la diputada mexicana sí considera que hay algunos puntos mínimos que mantienen fresca la lucha feminista: "Insistimos en la reivindicación de género; que la igualdad no es con los hombres, sino entre hombres y mujeres; y, sin olvidar, la construcción por las mujeres y hombres progresistas de una alternativa contra la guerra, el militarismo o la destrucción de la naturaleza".
Siempre lejos de la utopía, Marcela Lagarde recuerda los hitos de los últimos años del siglo XX en la lucha por la igualdad. "Ahí está la conferencia de El Cairo de 1994 sobre salud sexual y reproductiva, con unas resoluciones que quizás no llamen la atención en Europa, pero son decisivas en la mayor parte del mundo", comenta y añade, a partir de la lectura de las últimas palabras de Bush: "Aunque no se sabe si se llevará a la práctica lo decidido allí, después de que el militarista, fascistoide y patriarcal de Bush haya dicho que la abstinencia sexual es la mejor prevención para evitar las enfermedades sexuales".
Lagarde, catedrática de la Universidad Autónoma de México, valora estas conferencias como hitos en la historia de la Humanidad en los que por fin se reconocen los derechos de la mujer en foros internacionales. "Tenemos que contar el tiempo en siglos; nuestras vidas son muy cortas para poder vislumbrar grandes avances, pero está claro que nunca había habido un encuentro para reflexionar sobre la violencia de género: un asunto gravísimo que se reactiva conforme avanzan los derechos de las mujeres y cuya gravedad se acentúa con las lagunas legislativas de muchos estados, sin olvidar el desprecio general de los jueces ante estos delitos", comenta. Al mismo tiempo, ilustra sus palabras con la última noticia del día: la decisión de un juez de Barcelona de absolver a un acusado de malos tratos argumentando el cuidado aspecto físico de la mujer.
La antropóloga reflexiona sobre cuestiones que se dejan muchas veces en un segundo plano. "Es conocido el índice de mortalidad violenta de mujeres y niños en las guerras de África, pero también en ese continente el 70% de las mujeres sufre hambre, cuando el 70% de los alimentos son producidos por las mujeres", recuerda.
En su recorrido por el estado de la mujer en el mundo, Marcela Lagarde no se olvida de su propio país. En los últimos diez años, 370 mujeres han sido asesinadas en Ciudad Juárez y otras 4.000 han desaparecido. "En estos tres años de legislatura, tengo el compromiso vital para contribuir a sensibilizar a la opinión pública y persuadir a los gobiernos locales para que investiguen y acaben con la impunidad. Espero que cada vez más hombres se convenzan de que es un problema suyo", concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.