La Comisión confía en la recuperación para cumplir el objetivo de pleno empleo
Los líderes de los Quince se comprometieron en la Cumbre de Lisboa de 2000 a superar a Estados Unidos en liderazgo económico para 2010. Los datos que arrojan los diversos informes publicados ayer (seguimiento de la Agenda de Lisboa, cumplimiento de las directrices generales de política económica 2003-2005, situación del empleo y situación de la estrategia para el Mercado Único) demuestran que tal objetivo "está en peligro", en palabras de la Comisión. Con datos provisionales de 2003, la Unión registra una productividad menor que la estadounidense, un PIB por habitante que supone el 72% del americano, un índice de desempleo mucho más elevado y una inversión en I+D más pequeña (2,0% del PIB frente al 2,7%).
Entre los objetivos fijados en Lisboa está el de elevar la tasa de empleo en Europa hasta el 70%, técnicamente pleno empleo. Bruselas confía en la mejora de la situación económica para alcanzarlo, pero considera que el objetivo para el paso del ecuador (67% para 2005) no va a ser posible. Y ello a pesar de que la Unión ha creado seis millones de puestos en una coyuntura desfavorable. Si en 1999 la tasa de empleo era del 62,5%, en 2002 era todavía del 64,3%. La comisaria de Empleo, Anna Diamatopoulou, destacó ayer ante la Eurocámara que la resistencia del empleo frente a la mala coyuntura ha sido mayor de la esperada.
"El enfriamiento de la economía y la necesidad de consolidar las finanzas públicas no pueden ser excusas para no realizar las reformas necesarias", señala la Comisión. Las cuentas públicas arrojan un saldo saneado, con un déficit medio previsto para 2003 del 2,7% del PIB. De ahí que un portavoz oficial indicara ayer que "no es tarde para cumplir los objetivos en 2010 si en 2004 se toman medidas con decisión".
Todos los líderes de la Eurocámara, con matices, pidieron un mayor esfuerzo en cada país para no perder el tren de la competitividad, que pasa por acelerar las reformas de los mercados. El líder de los populares europeos, Hans-Gert Poettering, dijo que es esencial generar una mayor confianza para aumentar las inversiones. El socialista Martin Schulz se quejó de que países como Alemania y Francia estén entre los que más tardan en trasponer las directivas europeas. El liberal Graham Watson acusó a los líderes europeos de poner en peligro la prosperidad europea, y la portavoz de Izquierda Unitaria, Ilda Figueiredo, criticó la sacralización del mercado que se ha impuesto en Europa, que, según ella, genera más pobreza, más marginación y menos empleo.
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