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Diez fallecidos en los últimos 15 años en la región

El rescate de los nueve montañeros perdidos en la tarde del sábado en Peñalara obligó a movilizar un enorme dispositivo de rescate en la sierra de Guadarrama. Más de 50 personas pasaron la tarde y noche del sábado y la madrugada de ayer rastreando las cumbres de Peñalara buscando a los montañeros.

Uno de ellos, miembro del Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) de la Comunidad de Madrid, resultó herido al sufrir una caída cuando se acercaba al lugar donde fue localizado el grupo de montañeros perdidos.

La alarma se activó sobre las 16.30 del sábado, cuando Emergencias 112 pasó el aviso a la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid. Ésta alertó al Servicio de Rescate e Intervención en Montaña (Sereima), con base en el puerto de Navacerrada.

La alerta se extendió al GERA, a la Cruz Roja y a la Guardia Civil de Segovia. "Entonces movilizamos los equipos disponibles del GERA, porque había otros dos que estaban realizando otra búsqueda de montañeros", explicó un portavoz del cuerpo.

Al rescate se sumó también un grupo de voluntarios con formación en rescates de alta montaña. Entre ellos estaba el hijo del agente de la Policía Municipal de Madrid fallecido, que pertenece al cuerpo de Bomberos de la capital.

Las primeras indicaciones sobre la situación de los montañeros permitieron deducir a los equipos de rescate que se encontraban en la vertiente segoviana de la sierra de Guadarrama. La nieve, la oscuridad, el viento y lo escarpado del terreno dificultaron mucho las labores de los equipos de rescate.

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"Condiciones infernales"

"Las condiciones eran infernales. Tuvimos que extremar todas las medidas, porque cualquiera podía sufrir un accidente", explicó Jesús Gacho, miembro del GERA. Para llegar al lugar donde se encontraban los montañeros, los equipos de rescate tuvieron que utilizar técnica de escalada, única forma de descender por los cortantes y acantilados que debían superar.

Las cumbres de la sierra se han cobrado la vida de, al menos, 10 montañeros desde 1987, incluidos los dos de ayer. El 17 de diciembre de ese año, dos adolescentes de 16 y 17 años murieron congelados cerca de Navacerrada. Muy cerca de allí, tres años más tarde, murió congelado un montañero de 41 años, que fue encontrado junto al repetidor de televisión de Navacerrada.

Las otras cinco muertes, ocurridas entre 1993 y 2001, no estuvieron causadas por las bajas temperaturas, sino por accidentes ocurridos durante marchas por la alta montaña o ascensos de escalada.

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