La colección Böckmann reúne todos los estilos de la versátil obra de Gerhard Richter
El CAC de Málaga exhibe 30 piezas del artista alemán desde 1965 hasta la actualidad
Parecen obras realizadas por artistas diferentes, pero todas tienen la misma firma: Gerhard Richter. La retrospectiva que ayer inauguró el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga, con lienzos que nunca se habían visto hasta ahora en España, es una completa panorámica que revela el virtuosismo del pintor alemán en el uso del lenguaje y de los diferentes estilos pictóricos, desde sus primeras obras inspiradas en la fotografía, hasta las más abstractas. Entre éstas, el último lienzo vendido por el pintor en 2003 a la familia Böckmann, propietaria de la colección.
La obra de Richter, que pasa por ser el pintor europeo más cotizado de la actualidad en los mercados artísticos, sólo se había visto en España hasta ahora en una exposición antológica en el Centro de Arte Reina Sofía en 1996, que formaba parte de un circuito internacional. Pero la inaugurada ayer en Málaga es la primera muestra producida en España sobre Richter, a punto de cumplir 71 años, según destacó el director del CAC, Fernando Francés.
Las 30 piezas que se exhiben desde ayer en el CAC hasta el próximo 18 de abril forman parte de la colección de la familia Böckmann, un notario de Berlín que la acaba de completar para esta exposición con un óleo abstracto en tono gris pintado por Richter en 2003.
La colección da un repaso a la trayectoria del pintor alemán desde 1965 hasta el año pasado, y muestra por tanto sus incursiones en los diferentes géneros pictóricos. Para el comisario de la exposición, Jürgen Schilling, "las clasificaciones de los historiadores del arte, que quieren adscribir su obra a corrientes determinadas por medio de etiquetas de estilo, no acaban de encajar en vista de su poliformismo, surgido a menudo de diferentes crisis". Para Fernando Francés, Richter "no cree en los estilos, sino en la personalidad del artista", y entre sus logros le atribuye "haber roto con el tabú de que el artista debe ser fiel a sí mismo". El director del CAC de Málaga no duda en considerar a Richter como el pintor europeo "más influyente del momento".
La colección Böckmann es un claro ejemplo de la imposibilidad de clasificarlo y, según Schilling, sorprenderá a quienes la vean "porque parecen obras pintadas por artistas diferentes". En la muestra hay ejemplos de realismo y figuración, de expresionismo y de abstracción y, dentro de ésta, hay piezas que son más líricas y otras, en cambio, donde se impone el orden geométrico.
El recorrido de la colección, que según Schilling constituye una "magnífica visión panorámica de la trayectoria de Richter", arranca con algunas de sus primeras obras basadas en la fotografía como T
rozo de bosque, de 1965, una vez que el pintor, que tras vivir sus primeros 30 años en Dresde se instaló en Alemania Occidental en 1961, fue aceptado en la Academia de Arte de Düsseldorf y formó parte efímeramente de la corriente realista de aquellos años.
Richter comenzó sus trabajos con la fotografía casi como un artesano, proyectaba las imágenes y pintaba sobre ellas. Para sus famosas grisallas utilizaba imágenes en blanco y negro, reproducciones de periódicos o revistas pornográficas, escenas domésticas, imágenes de animales o retratos de famosos. Es la etapa de obras como Pareja de enamorados en el bosque
,
Olympia o Retrato de Liz Kertelge, pintadas entre 1965 y 1967. De este último año es Seis colores, un claro caso de inspiración pop.
A partir de 1969, Richter se interesa por el paisaje y de él surge una de las obras utilizadas por el CAC como reclamo de la exposición, Wilhelmshaven, y también otras como Marina, Puente en el mar y Paisaje urbano.
Del interés de Richter por el color destacan piezas como Detalle o Gris. Para el artista alemán, el gris no sólo era un color, sino "el más importante", según dijo en una entrevista en 1972. Y el gris, color en el que veía "la única e idónea correspondencia posible para la indiferencia, la negación del mensaje y la carencia de forma", vuelve a estar presente en su obra más reciente.
La colección exhibida en el CAC contiene también la primera pintura abstracta de Richter, Construcción, de 1976, muy diferente en técnica y elaboración a otras posteriores que también forman parte de la colección Böckmann, como Pavillion,
L
echuza o Ingrid.
Aún en activo a sus 71 años -acaba de pintar ocho paneles de cristal en gris para el Museo de Colonia-, Richter es un entusiasta y augura a la pintura un futuro "maravilloso" porque dice que, a pesar de las nuevas tecnologías, "todos los niños pintan espontáneamente".
La puesta de largo
La exposición retrospectiva de Gerhard Richter inaugurada ayer en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga constituye "la verdadera puesta de largo del centro", a punto de cumplir un año de funcionamiento, según aseguró ayer su director, Fernando Francés.
Reconoció que desde el primer momento el conseguir esta exposición fue una de sus principales ilusiones, culminada, explicó, gracias a la "enorme generosidad" de la familia Böckmann. "Richter es el mejor pintor europeo contemporáneo y uno de los tres primeros del mundo", insistió Francés. La muestra, que desde luego está llamada a ser la de mayor repercusión del CAC, estará abierta al público hasta el 18 de abril y después viajará a Lisboa.
Para entonces, el CAC ya tiene programada una exposición de los provocadores hermanos Jake y Dinos Chapman. En las muestras previstas para 2004 está también la colección de la multinacional holandesa Ramstad. Fernando Francés anunció una "sorpresa": un montaje "que a la vez será fiesta y desfile de modelos" del diseñador malagueño David Delfín.
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