Berlusconi quiere reformar la Constitución para lograr inmunidad

El Gobierno italiano intentará de nuevo dotar a Silvio Berlusconi de inmunidad frente a la justicia. Esta vez, por la vía de una reforma constitucional. El ministro de Relaciones con el Parlamento, Carlo Giovanardi, anunció que, tras el rechazo del Tribunal Constitucional a la ley de inmunidad aprobada por el Parlamento en junio pasado, una ley que modificara la Carta Magna parecía "la opción más probable" para conseguir el objetivo de evitar al jefe del Gobierno una condena por corrupción de jueces en el caso Sme.

Los planes de Berlusconi y sus ministros eran, en cualquier caso, todavía simples esbozos. El no del Constitucional, decidido entre los 15 magistrados por 10 votos a favor y 5 en contra, dejó conmocionado al Gobierno, eufórica a la oposición y crispadísimo el ambiente político. La mayoría conservadora dirigida por Berlusconi siguió ayer insistiendo en que la sentencia tenía motivaciones partidistas y agudizó su permanente enfrentamiento con el conjunto de la judicatura. Pero el texto de la sentencia no se había publicado aún, y era imposible emprender nuevas iniciativas hasta que se conocieran las argumentaciones de los magistrados constitucionales.

Nunca faltó un consenso genérico, compartido por casi toda la oposición de izquierda, sobre la necesidad de restablecer algún tipo de inmunidad para los parlamentarios, después de que ésta fuera totalmente suprimida a principios de los años noventa, en el fragor de los escándalos de Tangentopoli y la cruzada anticorrupción conocida como Manos Limpias.

La izquierda, sin embargo, rechazó frontalmente la opción elegida por el Gobierno de Berlusconi, que consistía en la suspensión de cualquier proceso existente contra los cinco máximos cargos del Estado, entre los que figuraba el presidente del Ejecutivo. Para la oposición, el llamado laudo Schifani, de junio de 2003, estaba hecho excesivamente a medida de las necesidades del propio Berlusconi y, como confirmó el Tribunal Constitucional, vulneraba la igualdad de los italianos ante la ley.