La antigua Tabacalera de Tarragona se perfila como museo arqueológico
El Ayuntamiento quiere que la fábrica sea la sede del centro
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Tarragona reconoció ayer, a través de su alcalde, el convergente Joan Miquel Nadal, que ha puesto sus ojos en el edificio que la multinacional tabaquera Altadis tiene en la ciudad -y que pretende cerrar- para ubicar el tan deseado Museo Nacional Arqueológico de Tarragona (MNAT). Nadal aseguró ayer que el consistorio esperará a que las negociaciones entre Altadis y los 250 trabajadores de la planta hayan concluido para iniciar las conversaciones con la multinacional de forma oficial.
El alcalde se trasladó antes de las fiestas de Navidad a Madrid y se entrevistó con los responsables de Altadis, que pretende trasladar la producción de cigarrillos de Tarragona a una planta en Logroño. Les trasladó la intención del gobierno municipal de convertir la fábrica en la sede del Museo Nacional Arqueológico. La necesidad de que la ciudad de Tarragona tenga un museo nacional arqueológico ubicado en un lugar prominente de la ciudad y en un edificio de grandes dimensiones ha sido un reclamo de los diferentes profesionales del sector, azuzado por la declaración del conjunto monumental de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Nadal explicó que, tal y como habían alertado todos los grupos municipales, en el caso de que la fábrica cese su producción, se evitará a toda costa la especulación con los terrenos o la construcción de viviendas. Para ello, a juicio de Nadal, es conveniente que el área de 14.000 metros cuadrados, que contiene además una basílica romana y 2.000 tumbas de la antigua necrópolis cristiana, se recalifique de zona industrial a zona de equipamientos culturales. El consistorio deberá, según alertó el alcalde, buscar la complicidad de la Generalitat y del Ministerio de Cultura para que coadyuven en la financiación de la compra del edificio y su acondicionamiento. La Real Sociedad Arqueológica Tarraconense apoya asimismo el proyecto. El conjunto pasará a integrar una ruta diseñada por la zona baja de la ciudad que comprende el antiguo puerto romano, las termas de Sant Miquel y el teatro romano, así como la basílica hallada en lo que ahora es el centro comercial Parc Central. A juicio de la concejal de Patrimonio, la popular Maria Mercè Martorell, el modelo a seguir en la parte baja de la ciudad es el de la alta, en el que se localizan el anfiteatro, el circo y las murallas y que ha servido de acicate para la dignificación del barrio.
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