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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Síndrome de China, bis

El síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, en sus siglas inglesas) ha reaparecido. Así parece confirmarlo la aparición en Cantón, China, de un posible tercer caso, tras los confirmados de un hombre de 32 años y una mujer de 20, esta última, camarera de un restaurante en el que se servía carne de civeta, animal similar al tejón, posible reservorio de la enfermedad. No se descarta, sin embargo, que pueda ser otro el agente transmisor a los humanos, y de hecho se han tomado medidas para eliminar de la ciudad ratas, moscas, cucarachas y mosquitos.

La infección se propagó el año pasado por toda China y una treintena de países más a partir de un foco inicial que comenzó en noviembre de 2002. Causó 774 muertes -349 de ellas en China- tras enfermar unas 8.000 personas. El impacto del síndrome en la economía china se cuantificó en su momento en casi un 1% del PIB como consecuencia del absentismo laboral que comportó, el retraimiento de algunas empresas extranjeras y la fortísima reducción de las visitas turísticas.

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Salvo por el origen del contagio en la ciudad de Cantón, la situación de este año se parece bien poco a la del pasado. El ocultamiento sistemático de datos durante cuatro meses por parte de las autoridades chinas propició que la enfermedad se extendiera en varios países durante el invierno y la primavera pasados. Ahora, por el contrario, la información ha fluido, aunque de forma cautelosa en algún momento.

Otra gran diferencia es el conocimiento de la enfermedad. La OMS puso a prueba el año pasado la capacidad de la red de alerta mundial que había creado dos años antes. Gracias a ella y al trabajo coordinado de laboratorios de todo el mundo, el virus fue identificado en un tiempo récord, su genoma fue secuenciado con rapidez y se acotó el grupo de animales en los que sobrevive. También se pusieron en marcha varias líneas de investigación para poner a punto una vacuna. Con ese conocimiento en la mano, los responsables de la OMS se afanan ahora en investigar cómo el virus salta a la especie humana, estudiando a fondo los dos casos actuales.

El gran reto, con todo, es lograr que, aunque se produzcan casos aislados, éstos se contengan y se evite una epidemia. Eso sólo se logrará si se sigue extremando la prevención y trabajando con transparencia.

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