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Telefónica liquidará este año sus negocios de móvil en Europa

La operadora pagó 6.400 millones por estos activos UMTS devaluados

Ramón Muñoz

Telefónica Móviles pretende liquidar en este año todos sus negocios de telefonía móvil multimedia (UMTS) que tiene en Europa (Suiza, Austria, Italia, Alemania) y por cuyas licencias pagó más de 6.400 millones en 2000. Aunque hoy esas licencias apenas tienen valor, Telefónica trata de sacarles algún partido por la venta de las empresas o la cesión del espectro radioeléctrico, como ya ha hecho en Austria. El principal escollo está en Alemania.

Hace un año y medio, Telefónica decidió reconocer en sus cuentas que las licencias de telefonía móvil multimedia (UMTS) que consiguió en Europa se habían reducido a papel mojado, pese a que en 2000 pagó por ellas 6.400 millones de euros.

Pero, pese a que ya esté descontado en las cuentas el fiasco financiero que supuso la apuesta por esa tecnología, que permite la transmisión de vídeos y la navegación rápida por Internet, Telefónica no quiere tirar la toalla e intenta rentabilizar, en la medida de lo posible, aquella inversión. Por ello pretende vender las licencias, bien mediante la enajenación directa de las sociedades que constituyó en cada país o la cesión de los derechos del espacio radioeléctrico (por donde van las frecuencias) que se adjudicó, según informaron en fuentes de la empresa.

Austria, el principio

El proceso ya ha empezado en Austria. A finales del pasado año, Telefónica logró vender la sociedad 3G Mobile Telecommunications a Mobilkom, el principal operador austriaco. Por dicha operación, el comprador se queda con los bloques de frecuencia, pero también asume las obligaciones de la concesión, en particular la de dar una cobertura para el 25% de la población.

Siguiendo este ejemplo, Telefónica negocia la venta de su filial en Suiza (3G Mobile) a alguno de los otros tres adjudicatarios de las licencias (Orange, la división celular de France Télécom; TDC Switzerland, una filial de la danesa TDC, y Swisscom).

Por lo pronto, ha negociado con éxito con el regulador suizo el aplazamiento por un año (hasta enero de 2005) del cumplimiento de los compromisos de cobertura (25% de la población) a que se comprometió cuando ganó la licencia.

También está negociando en Italia, tras la modificación legislativa aprobada por el Consejo de Ministros de aquel país, que abre la puerta a la posibilidad de enajenación de las frecuencias entre operadores. Tanto TIM, filial de telefonía móvil de Telecom Italia, como Omnitel, participada mayoritariamente por Vodafone, han mostrado su interés por hacerse con la licencia de Ipse 2000, el consorcio liderado por Telefónica que ganó una de las cinco licencias que adjudicó el Gobierno italiano en el concurso-subasta de octubre de 2000. Ipse pagó 4.730 millones de euros por la licencia. Los otros ganadores fueron Wind, TIM, Omnitel y Blu. Telefónica Móviles posee el 45,6% del consorcio, frente al 12,6% de Sonera, el 12% de Atlanet (Fiat), 10% de la Banca de Roma, 5% de Edison, 5% de Xera, 4,8% de Goldenegg y al restante 4,5%, que se reparten accionistas menores.

Ahora bien, donde más complicado lo tiene es en Alemania. La compañía lanzó comercialmente su proyecto, mediante la marca Quam, en noviembre de 2001, pero lo paralizó siete meses después debido a la falta de rentabilidad en un mercado muy saturado como el alemán. El regulador, y en último término el Gobierno alemán, que se embolsó la friolera de 8.400 millones por cada una de las seis licencias que subastó, no está de acuerdo con esa paralización. Según fuentes de la compañía, el regulador va a realizar un examen exhaustivo del estado financiero y los compromisos de Quam, que se ha convertido prácticamente en una sociedad instrumental, ya que no tiene ninguna actividad comercial.

Aunque en Telefónica se muestran tranquilos, el regulador alemán puede hacer valer, como ha dejado caer, el cumplimiento de las condiciones de la concesión. Éstas obligan a los propietarios de licencias UMTS a alcanzar una cobertura del 25% de la población alemana antes de que finalizara el año, condición que las cuatro operadoras que ya operaban antes de la subasta, T-Mobile (Deutsche Telekom), Vodafone, E-Plus (KPN y Hutchison) y la británica O2, parecen haber cumplido. Pero no Quam ni Mobilcom (la operadora de France Télécom).

La amenaza latente es la retirada de la licencia. Mobilcom, la operadora de France Télécom, ya ha reaccionado y, antes de que el Ejecutivo alemán le pida la restitución de la licencia, ha procedido a su devolución, con el objeto de pedir posteriormente una indemnización. Y es que Mobilcom quiere aprovecharse de un vacío legal para intentar recuperar hasta el 85% de lo que pagó por la licencia, ya que no estaba prevista la devolución de la misma, sólo su confiscación por incumplimiento del contrato.

Telefónica ha elegido otra vía. No quiere el enfrentamiento directo con el Gobierno alemán y prefiere la negociación. Por eso, va a intentar conseguir tiempo para evitar la amenaza de la retirada de la licencia y una legislación más favorable, que le permita la venta o cesión del espectro.

César Alierta.
César Alierta.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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