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Polémica y decepción en Salamanca

La capitalidad europea de la cultura 2002 ha dejado en Salamanca, un año después, cierto regusto de añoranza por las 1.101 actividades programadas con un número oficial de 1,9 millones de asistentes. Ahora se ha desatado la envoltura de la polémica, la decepción y, sobre todo, un endeudamiento municipal de 11,1 millones de euros.

Al terminar el recorrido de Salamanca 2002, el presidente del consorcio organizador, el alcalde de la ciudad, Julián Lanzarote (PP), se volcó en elogios hacia el resultado de la programación y el equipo que realizó el trabajo. Ocho meses después despidió de forma destemplada a los miembros de ese equipo por no haber superado la etapa de prueba para una tarea similar a la desarrollada, al tiempo que saltaba el director del Centro de Arte de Salamanca (CASA), Alberto Martín, el gran responsable de programación en 2002.

La fundación creada cinco meses antes para gestionar el centro fue anulada, mientras los trabajadores acudieron al juzgado, por el que ya han pasado el alcalde y otros munícipes, y tendrán que volver a hacerlo en fechas próximas. La trayectoria del CASA se cortó para reconvertirlo en "centro polivalente", porque "han cambiado las circunstancias", según justificó el equipo de gobierno popular, al tiempo que el alcalde colocó al frente del centro a su secretario particular. Hoy, tras haber reducido notablemente su actividad expositiva, el crédito logrado y la inversión realizada en su lanzamiento han quedado anulados porque el alcalde creyó conveniente denominarlo Domus Artium 2002 (DA2) y modificar su logotipo desde el pasado día 1.

El Centro de Artes Escénicas permaneció en 2003 cerrado durante varios meses (salvo para un mitin político). También ha cambiado de nombre e imagen, con la denominación de Centro de Artes Escénicas y Musicales (CAEM). El céntrico teatro Liceo, con utilización más frecuente, continúa con quejas sobre sus condiciones. El Centro Multiusos se ha encomendado a la iniciativa privada.

"Ciudad de la música"

El alcalde ha proclamado que ahora se pretende hacer de Salamanca "la ciudad de la música". El grupo socialista en la oposición ha acusado a los gobernantes de "dilapidar el crédito cultural de 2002" por una política que ha ido eliminando los logros conseguidos durante la capitalidad cultural europea, al tiempo que denuncian el ahogo al que se somete al museo modernista de Casa Lis, el más visitado de Castilla y León, en un intento de control del patronato que lo gobierna.

El que fue coordinador general de Salamanca 2002, Enrique Cabero, ha señalado: "Tras el verano se tomaron decisiones que ni entiendo ni llegaré a entender", que han provocado "una imagen de ruptura fuerte con la capitalidad".

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