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Entrevista:GUY DOLLÉ | CONSEJERO DELEGADO DE ARCELOR

"La deslocalización de altos hornos afectaría a 24.000 empleos"

Las emisiones de CO2 tensan las relaciones entre la siderurgia y la Comisión Europea

El presidente de la patronal europea del acero (Eurofer) y del consejo de dirección de Arcelor, la primera siderurgia mundial, Guy Dollé, está en guerra con el C02 y, en consecuencia, con la Comisión Europea. No ceja en su empeño de que se reconozca su estatus de sociedad europea y se esfuerza por acelerar las sinergias entre Usinor, Arbed y Aceralia. Pese a todo, siempre le queda un rato para seguir, desde su despacho, el fútbol.

Pregunta. La siderurgia estuvo en el origen de la construcción europea, con la CECA. Sin embargo, siempre anda enfrentada a la Comisión, sea por el CO2, los aranceles o las medidas antidumping.

Respuesta. Los padres de Europa pensaron que el carbón y el acero eran esenciales para la construcción industrial de un país. Es la historia, pero además, la Comisión ha jugado un papel esencial en que la siderurgia europea, con Arcelor a la cabeza, sea una de la más competitivas. Gracias a la política de reestructuración y de investigación de los noventa. Pero en efecto, tenemos con la Comisión relaciones con grado de satisfacción variable. La posición adoptada por la Comisión sobre las medidas de salvaguarda de EE UU justo al mes siguiente fue realista y fuerte. Sobre el dumping no tenemos que reprochar nada a la Comisión, sino a ciertos Estados donde han tenido más importancia las relaciones exteriores que la economía interna. Ahora tenemos un tema que realmente preocupa a la siderurgia, los derechos de emisión de CO2 y no logramos hacernos entender ante la Comisión.

"Somos un sociedad europea y estamos en muchos países. Aceralia va a ser la vía para entrar en la reconstrucción de Irak"
"Nadie va a aplicar Kyoto ¿Queremos que Europa sea un desierto o que haya fábricas? ¿O vamos a poner un arancel a la importación de acero?"

P. ¿No les hacen caso?

R. Todo el mundo conoce el Protocolo de Kyoto y los compromisos de la UE y algunos Estados miembros. Kyoto no ha sido ratificado porque hace falta un mínimo de países, y EE UU, Australia, Rusia y otros no lo han firmado. Aun así, el Parlamento Europeo aprobó en julio una directiva que deben aplicar los Estados de aquí a final de 2004. La siderurgia produce CO2 porque utiliza carbón. Pero la industria europea, y en particular Arcelor, en relación a la referencia de 1990, ha bajado su producción de CO2 en un 17% e investiga para lograr mayores reducciones. Dos veces más que el compromiso de Kyoto. Hoy no sabemos cómo se van a repartir Estado por Estado y región por región los derechos de emisión de CO2.

P. ¿Temen la selección?

R. Somos una sociedad europea y nos gustaría poder actuar como si nuestra producción fuera europea. Pero la directiva dice que las cuotas se pueden dar país por país y región por región. Y en el caso en que seamos llevados a reestructurar la industria de un país no podríamos transferir la cuota de CO2 a otro país para producir acero. Es increíble e insoportable, es la negación de Europa. Además, se nos priva de los derechos por el gas que generan nuestros altos hornos y que se utiliza para producir electricidad. La directiva, tal vez para simplificar, atribuye el permiso al que transforma el gas en energía y no a quien lo produce. Parece simple, pero es un daño enorme porque el que genera electricidad puede llegar a decir que ya no quiere este gas y compra gas natural. ¿Qué hacemos? Nos forzarán a quemarlo sin permiso.

P. ¿Quién no les entiende?

R. ¿Quién es la Comisión? Hay 25 comisarios, son muchos. El aspecto medioambiental tiene consecuencias sociales, energéticas, industriales... Es necesario que haya una aproximación transversal a una verdadera política industrial europea. Europa, que representa el 17% de la producción mundial de acero, no puede sola enfrentarse a las consecuencias de Kioto penalizando a la industria y hacernos pagar los permisos de producción de CO2, que pueden representar hasta cuatro euros por tonelada de acero, es decir, el 25% del coste. Puede provocar un riesgo grande de deslocalización de altos hornos, que representan para el grupo Arcelor cerca de 24.000 empleos. Si la prioridad es reducir el CO2 a costa del acero, acabaremos comprándolo a Rusia, Brasil... El comisario de Industria lo ha entendido. Pero, ¿cómo se toman las decisiones en el seno de la UE? Tengo la sensación de que los parlamentarios han votado esta ley en julio, pero no eran conscientes de las consecuencias. ¿Queremos, que Europa sea un desierto o que haya fábricas? Si queremos ser completamente verdes es necesario parar todas la industrias. No sólo la siderurgia.

P. Las eléctricas han sabido explicarse mejor que ustedes.

R. Algunos espíritus mal intencionados podrían decir que el ponente de este proyecto en el Parlamento era un portugués que trabajaba en el sector eléctrico. Eso podría explicar que ésta industria fuera mejor tratada. Pienso que no puede ser más que una maledicencia. Soy incapaz de juzgarlo, pero los eléctricos son bien tratados. El aluminio y el plástico, que compiten con nosotros en el automóvil también. Habrá que ir por los países explicando cómo les afecta y preguntando cómo actuarán.

P. ¿Han hablado ya con los gobiernos de todos los países?

R. Con los de los países en los que estamos. La trasposición de la directiva debe hacerse en marzo. Nos darán un permiso de CO2 para cada fábrica. Tenemos 60. Si me dan una cuota de producción para cada fábrica quiere decir que alguien me fija la producción de cada centro. Hemos decidido atacar la directiva en la Corte de Justicia.

P. ¿Piensa en una nueva forma de dumping?

R. Dumping ecológico, medioambiental. Es difícil aplicar un impuesto así. El problema no es de dos años, nuestras inversiones son para 25 años.

P. ¿Hay una amenaza real para los altos hornos europeos?

R. Por etapas, sí. Los mismos parlamentarios que han discutido sobre la directiva se preguntan cómo mantener el empleo.

P. ¿Qué planes tiene para la nueva Europa?

R. En la Europa de 25 países habrá dos nuevos productores importantes: Polonia y Eslovaquia. No vamos a acudir a la privatización de Polonia porque creemos que tiene muchos riesgos, pero estamos muy interesados en su mercado y acudiremos a él con nuestra red de distribución. La cuestión es saber qué va a pasar con los que quedan fuera, Rusia y Ucrania. Nos interesa Rusia y estamos construyendo con un socio local una línea para el automóvil. Hay mineral y energía. El problema es que hace frío y está lejos.

P. Siempre habla de la política de mantenimiento de precio. ¿La mantiene con un dólar bajo?

R. 2003 va ser un superaño para la siderurgia, y sobre todo para la asiática. El consumo chino es muy fuerte. En Europa, si bajas el precio no aumentas el consumo real de acero, el comprador hace stock para especular. Hemos decidido adaptar la producción al consumo real y que no haya posibilidad de consumo aparente. Por ahora es un éxito. Hemos disminuido el volumen para adaptarnos al consumo real y los precios suben. La consecuencia es que entran más importaciones. Pero se presenta un problema porque el mercado mundial está condicionado por culpa de China. Hace cinco años compraba sólo 40 millones de toneladas de mineral de hierro. Ahora compra 150 millones, el 20% del disponible. Hay pocos lugares donde se pueden cargar barcos de mineral de hierro y su precio se ha multiplicado por cuatro y el del mineral ha subido un 9%. Se corre el riesgo de que China consuma más el próximo año. Habrá competidores que no van a conseguir mineral. Los precios subirán. Además, la chatarra también ha subido un 40%.

P. ¿Es este motivo el que les lleva a entrar en China?

R. China va aumentar la producción y el consumo de acero este año por un equivalente a la producción de Arcelor. Pese a todo, sólo estará en 200 kilos por habitante y la media europea es tres veces eso. Yo entro de la mano del automóvil; si no, otro ocupará mi puesto. Entramos con un 12% en una joint venture con la china Bao Steel y la japonesa Nippon Steel.

P. ¿Cómo van a entrar en la reconstrucción de Irak?

R. Somos una sociedad europea y estamos en muchos países. Podemos hacerlo desde Italia o España. Aceralia va a ser la vía para poder estar en todas las fases de la reconstrucción.

Guy Dollé, presidente de Eurofer y Arcelor.
Guy Dollé, presidente de Eurofer y Arcelor.SANTOS CIRILO

"Fusionarse hoy con una sociedad americana iría en detrimento de los accionistas"

P. ¿Recuperar el mercado de EE UU tras el levantamiento de aranceles les va a costar, ya que sus envíos cayeron un 60%? Además, ¿la pérdida del mercado ha sido por culpa de los aranceles o por el alto precio del dólar?

R. Llevará tiempo recuperar ese mercado porque cuando uno pierde el sitio alguien le sustituye. Cuando se impusieron los aranceles el precio era muy bueno. Perdimos mercado por las barreras arancelarias. Hoy afrontamos dos dificultades: hemos perdido el sitio y la situación ha cambiado por el dólar, los precios en EE UU son bajos.

P. ¿El precio del dólar invita a recuperar su aspiración de entrar como productor?

R. Tiene razón en que entrar en EE UU hoy cuesta un 30% menos que hace dos años. Pero se equivoca porque las sociedades en dificultades que nos pudieran interesar tienen una deuda social que no podemos pagar. También se puede esperar a que quiebren, pero en ese caso siempre hay un inversor americano que está mejor colocado con los sindicatos y otros para hacer una oferta aceptable.

P. ¿Es imposible entrar en este mercado?

R. No. Podemos entrar poco a poco por las líneas de revestimiento que se alimentan de las producción de Europa y Brasil y que nos sirven para acceder al mercado del automóvil. Además, los problemas de deuda social y médica se regularán y quizás podremos entrar. No forzosamente comprando, pero sí intercambiando acciones. Eso supone una misma valoración en las empresas de los dos lados. Hoy el valor de una de EE UU equivalente es un poco mayor. Se trata de usar la fórmula que sirvió para crear Arcelor, pero con valoraciones idénticas. Fusionarse hoy con una sociedad americana o japonesa es imposible. Iría en detrimento del accionista.

P. En EE UU no ha gustado la decisión de levantar aranceles. Los productores dicen que no les ha dado tiempo a reestructurarse y los demócratas se han quejado.

R. Primero, los demócratas están más bien cerca de los sindicatos. Segundo, hoy EE UU está protegido por el dólar en relación a 1999. Se me puede interrogar sobre lo que hace Bush. Tomó la decisión para ganar las elecciones en el Congreso en los estados más críticos, los del acero. Ahora ha retirado los aranceles porque ha tenido miedo a perder las elecciones en los estados en los que iban a tener efectos las represalias europeas.

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