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La Yihad Islámica y el Ejército israelí anuncian represalias por el violento día de Navidad

Yihad Islámica y el Ejército de Israel se preparan para la venganza tras la jornada sangrienta del día de Navidad, que se saldó con 10 muertos. Ayer, mientras los dirigentes de la organización fundamentalista palestina prometían que el asesinato selectivo de sus dos jefes militares en Gaza no quedará impune, el ministro de Defensa israelí, Saul Mofaz, se reunía con sus colaboradores para dar una respuesta contundente al ataque suicida llevado a cabo en Tel Aviv, donde murieron cuatro soldados.

"Responderemos al asesinato de Mokled Hamid con un ataque al corazón de Israel", aseguró ayer Jaled al Batch, jefe político de la Yihad Islámica, en el entierro del responsable militar de la organización, celebrado en el campo de refugiados de Jabalia, al norte de la franja de Gaza. El anuncio de venganza fue coreado y aplaudido por cerca de las 20.000 personas que asistieron a los actos fúnebres. El otro jefe de la milicia armada de la Yihad, Nabil Shreihi, muerto también por el misil lanzado desde un helicóptero israelí, fue enterrado en el campo de Nuseirat, junto con las otras tres víctimas.

A la misma hora, el ministro Mofaz se reunía en la sede del Ministerio de Defensa con sus más estrechos colaboradores, entre ellos los responsables de la policía y de los servicios secretos del interior, Shin Beth. El orden del día de la reunión tenía un único punto: planificar una respuesta al atentado suicida de la tarde anterior. En el transcurso de la reunión se llegó a la conclusión de que los dos objetivos principales son Yihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, que reclamó la autoría del ataque. A modo de prólogo, los mandos militares ordenaron la destrucción de la casa familiar de Said Hanani, de 18 años, autor del atentado de Tel Aviv, en Beit Furia, cerca de Nablús.

Por otra parte, dos militantes pacifistas, uno israelí y otro estadounidense, fueron heridos de bala por soldados israelíes durante una manifestación celebrada junto al muro de separación entre Israel y Cisjordania, en el término municipal de Kalkilia.Los manifestantes trataron de abrir la verja que separa una aldea y sus campos de cultivo, que permanece cerrada desde hace dos meses, impidiendo a los agricultores efectuar sus labores.

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