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La situación financiera de la Generalitat alarma al nuevo Gobierno catalán

El Ejecutivo de Pasqual Maragall inicia el proceso de sustitución de unos 500 altos cargos

El nuevo Gobierno catalán acaba de tomar posesión y ya ha encendido todas las luces de alarma sobre la situación financiera de la Generalitat. El Departamento de Economía, antes incluso de completar su organigrama, elaborará la semana que viene un documento exhaustivo sobre la situación de las finanzas públicas, que, según aseguró el miércoles Joan Saura, número tres del Gobierno, "parece mucho más grave de lo que se pensaba". El Ejecutivo designó el miércoles a los secretarios generales de todos los departamentos, con lo que se inicia un proceso de renovación que afectará a 500 altos cargos.

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En su primera comparecencia como portavoz único del Gobierno autónomo tras la reunión del Ejecutivo, Joaquim Nadal anunció que la semana que viene contará con un estudio detallado sobre los recursos con que cuenta: "Tendremos un informe preciso y detallado sobre la situación de las finanzas de la Generalitat", dijo.

El encargo refleja la preocupación del nuevo Gobierno ante la situación económica que heredan tras los 23 años de gobiernos de Jordi Pujol y que el miércoles el consejero de Relaciones Institucionales y Participación expresó sin ambages en una entrevista a Catalunya Ràdio, emisora de la Generalitat. "[La situación] parece mucho más grave de lo que pensamos que es", afirmó Saura, quien expresó su temor por lo que los consejeros van a "encontrar en los cajones".

"La información que nos llega", insistió Saura, es que la deuda "va más allá de la reconocida" y que puede haber facturas por pagar que no están contabilizadas: "Posiblemente no sólo habrá que afrontar la deuda reconocida, que ya es importantísima, sino que quizá también existan facturas que no se contabilizaron", agregó.

Nuevo equipo económico

El nuevo equipo de Economía, dirigido por el consejero Antoni Castells y en el que se integran Martí Carnicer y Andreu Morillas, ya ha empezado a evaluar el estado de las finanzas públicas. El lunes, Castells y su predecesor, el convergente Francesc Homs, mantuvieron una larga sesión de trabajo -que se prolongó durante cuatro horas- en la sede del departamento. El trato fue muy cordial y Homs dejó clara su voluntad de cooperación, pero el dibujo de conjunto no aplacó los temores sobre la situación financiera de la Generalitat.

Fuentes de Presidencia subrayan que la principal preocupación proviene del uso "muy extenso" de mecanismos de centrifugación del déficit; es decir, derivar gastos importantes hacia mecanismos externos al Presupuesto de la Generalitat. En este sentido existe una gran preocupación por el empleo habitual del método alemán: encargar trabajos que el Gobierno no empieza a pagar hasta que estén concluidos, con lo que deberá afrontar no sólo su coste sino también los intereses que se hayan generado.

En su reunión del miércoles, el Consell Executiu únicamente nombró a los números dos de cada departamento y dejó para el lunes la aprobación de algunas de las primeras medidas concretas que pretende aprobar. De los 18 altos cargos designados, únicamente dos son mujeres, con lo que queda muy lejos de la paridad de sexos en el Gobierno que Pasqual Maragall prometió en la campaña electoral. Nadal se excusó diciendo que la paridad no era una regla "de aplicación mecánica" y que cada consejero había tenido libertad para designar a la persona que considerara más idónea para el puesto.

'Efecto dominó'

Con los nombramientos del miércoles se inicia un efecto dominó que modificará por completo el paisaje de la Administración catalana después de 23 años de gobiernos de CiU. Tras los secretarios generales se nombrarán en las próximas semanas a los directores generales y asesores de las diferentes consejerías, además de los directivos de las 117 empresas y entidades públicas dependientes de la Generalitat. En total, más de 500 personas.

Entre los cargos a renovar figuran el consejo de Administración de la Corporación Catalana de Televisión, y los directores de las diferentes cadenas y emisoras; la cúpula de la empresa GISA, que gestiona las obras públicas de la Generalitat; el Instituto Catalán de Finanzas; los delegados de la Generalitat en organismos como la Feria de Muestras de Barcelona o los puertos de Tarragona y Barcelona, además de los directivos de numerosos organismos culturales, desde el Teatro Nacional de Cataluña al Fòrum 2004.

El puesto de subdirector general, que se abordará después, es el máximo nivel de los funcionarios y no necesariamente supondrá el cese de los actuales. Según Gobernación, hay 261 subdirectores generales, cuya eventual sustitución requiere de una resolución motivada del nuevo consejero.

Joan Saura, Josep Lluís Carod y Pasqual Maragall, el miércoles, durante la reunión del Consell Executiu.
Joan Saura, Josep Lluís Carod y Pasqual Maragall, el miércoles, durante la reunión del Consell Executiu.JORDI ROVIRALTA

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