Sharon anuncia un plan de separación de los palestinos si fracasa la Hoja de Ruta
El primer ministro israelí ofrece el desmantelamiento de algunos asentamientos ilegales
El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, amenazó ayer -el día en que se esperaba conocer los detalles de su proyecto para lograr la paz- con poner en marcha dentro de pocos meses un "plan de separación unilateral" con los palestinos si fracasa la aplicación de la Hoja de Ruta. El anuncio fue acogido con decepción y sorpresa por la oposición israelí, indignación por los representantes de Estados Unidos e ira manifiesta en la Autoridad Palestina, uno de cuyos portavoces, el ministro Saeb Erekat, aseguró que "con este tipo de enfoque no puede hacer la paz con los palestinos".
"Estoy a favor de dar cualquier paso que fomente la paz, pero si los palestinos no hacen esfuerzos equivalentes no voy a esperarlos de forma indefinida. Sólo esperaré unos meses. Si no, voy aplicar un plan de separación", dijo ayer Sharon en la clausura de la Conferencia de Seguridad de Israel, que se celebró en Herziliya, al norte de Tel Aviv. En ese marco, el primer ministro desveló las líneas maestras de su plan para resolver el conflicto israelo-palestino, un plan del que se ha venido hablando mucho en las últimas semanas y que había acaparado la curiosidad de la comunidad internacional
Sharon aseguró que sólo impulsará esta separación unilateral si fracasa la puesta en marcha de la Hoja de Ruta y si los palestinos no hacen todo lo posible para cumplir sus compromisos, empezando por el desmantelamiento de las organizaciones terroristas y el fin de la incitación a la violencia.
Sharon efectuó una verdadera apología de la Hoja de Ruta, ya que se trata de un "buen plan de paz que ha sido aprobado por Israel, la Autoridad Palestina y la comunidad internacional".
La separación unilateral, propugnada ayer por Sharon, consistiría en la creación de una nueva línea de seguridad destinada a hacer realidad el nuevo principio político de "máxima seguridad y mínima fricción". Esta línea -que según el jefe del Gobierno no tendría carácter de frontera definitiva-, coincidiría en la mayoría de su trazado con el muro actual, cuyos trabajos, según prometió Sharon, serán acelerados.
"La línea de seguridad será temporal, hasta que se aplique la Hoja de Ruta", dijo al tiempo que aseguraba que el futuro trazado de separación con los territorios palestinos se intentaría llevar de acuerdo con Estados Unidos. Recalcó, además, que el objetivo principal del plan es dar seguridad a los israelíes, pero al mismo tiempo facilitar la vida de los palestinos, permitiendo su libertad de movimientos y facilitando los intercambios comerciales.
Sharon anuncio, como contrapartida, que se había comprometido con el presidente estadounidense, George W. Bush, a llevar a cabo la evacuación y desmantelamiento de los asentamientos ilegales establecidos en Cisjordania y a no llevar a término nuevas confiscaciones de tierras. En este capítulo habló también de la posibilidad de mover algunos enclaves de lugar, para proteger mejor la vida de sus moradores y evitar motivos de fricción con los palestinos.
El plan de Ariel Sharon, tal y como fue anunciado ayer, consiguió una rara unanimidad: molestó e intranquilizó a todo el mundo, empezando por la oposición laborista, dirigida por le veterano Simón Peres, quien semanas atrás había aplaudido los rumores que indicaban que el primer ministro defendería un proyecto pacifista que incluiría el desmantelamiento de varios asentamientos, empezando por los de Gaza. Sharon molestó también a los aliados estadounidenses, que anunciaron su oposición "a cualquier medida unilateral no contemplada en la Hoja de Ruta" y crispó el ánimo de los palestinos, que afirmaron que el proyecto sirve para hacer la paz "entre israelíes, pero no con nosotros".
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