La izquierda de Brasil se divide en protesta contra la política de Lula

La izquierda más exigente del Partido de los Trabajadores (PT), que agrupa al 30% de sus militantes, estudia la posibilidad de crear un nuevo partido tras la decisión del directorio nacional de expulsar a tres diputados y a una senadora por haber votado en contra de algunas de las reformas, entre ellas la de la Seguridad Social, propuestas por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Los diputados expulsados han comenzado ya a recoger firmas -se necesitan medio millón- para crear un nuevo partido. Más prudente, la senadora Heloisa Helena, la figura de mayor prestigio del grupo de los rebeldes, dice que aún no ha decidido qué hacer. "Un partido nuevo no se improvisa del día a la noche", subrayó al indicar que hay que saber "si ésa es una exigencia de la sociedad".

Quienes esperaron hasta el último momento que Lula, como fundador del partido, evitara la pena máxima de la expulsión, al consumarse ésta repartieron la estrella roja del PT teñida de negro. Tres de los grandes intelectuales del partido, Leandro Konder, considerado el mayor filósofo vivo de Brasil; Nelson Coutinho y Milton Temer, han dejado el partido en señal de protesta.

Lula se vio obligado a acabar su primer año de mandato con una de las crisis más fuertes y dramáticas en su partido. La profundidad de la crisis la evidenció el resultado de la votación del directorio nacional: 55 votos a favor de la expulsión, 27 en contra, una abstención y cuatro importantes ministros significativamente ausentes: Tarso Genro, ministro del Consejo Social, padre de Luciana, una de las diputadas expulsadas; Olivio Dutra, ministro de las Ciudades, uno de los mayores referentes de la experiencia de Porto Alegre; Marina Silva, la carismática ministra negra de Medio Ambiente, que alegó su amistad personal con la senadora rebelde, y el ministro de Derechos Humanos, Nilmario Miranda. Hecha la cuenta, casi el 40% del directorio nacional se mostró contrario a la expulsión. Al día siguiente, sin embargo, Lula tuvo una serie de encuentros, entre ellos con la cúpula militar, para elogiar los logros de su primer año de gobierno en el campo de la macroeconomía y se mostró ostentosamente alegre y feliz.

En los ambientes de la izquierda del PT crece ahora el consenso de que será preciso crear un nuevo partido de izquierdas, ya que consideran que el PT se ha transformado ya en un partido "social liberal", si es que no en un partido "centrista" que ha renunciado a defender para Brasil el prometido "nuevo modelo económico" como se predicó en Porto Alegre y prometió en la campaña electoral, en alternativa al anterior sistema económico neoliberal del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.