"La caída de Sadam debe acelerar la salida de las tropas de Irak"
Irán desea que Sadam Husein sea juzgado por un tribunal internacional, ante el que este país, que durante ocho años libró una guerra feroz contra Irak, pueda presentar cargos, afirma Kamal Jarrazi, ministro de Exteriores iraní. Jarrazi, presente ayer en Madrid para participar en un seminario sobre el diálogo de civilizaciones, señala en una entrevista que la captura del dictador debería acelerar la salida de las tropas estadounidenses de Irak y el establecimiento allí de una democracia. Dada su mayoría demográfica, los musulmanes chiíes, correligionarios de los iraníes y víctimas durante décadas de la represión de Sadam, serían la principal comunidad de Irak.
Pregunta. ¿Cuáles son sus sentimientos ante la captura del dictador iraquí por fuerzas norteamericanas?
"No tenemos ningún programa para construir armas nucleares"
Respuesta. Los iraníes sentimos alivio y felicidad por la caída de este hombre que cometió tantos crímenes contra nosotros, que invadió nuestro país, usó armas químicas contra nosotros y nos obligó a librar una guerra defensiva en la que murieron cientos de miles de compatriotas. Deseamos que Sadam sea juzgado y castigado por un tribunal internacional competente y transparente. Por supuesto, el pueblo iraquí es el primero que debe presentar cargos contra él, pero eso no significa que otros pueblos, como el iraní y el kuwaití, no tengan el derecho a hacerlo. El Gobierno iraní está reuniendo documentos con el deseo de que podamos ejercer nuestro derecho.
P. ¿En qué cambia la situación de Irak tras la detención de Sadam?
R. Creo que acelera la necesidad de que las fuerzas de la coalición que lidera EE UU abandonen ese país y transfieran el poder a los iraquíes. La detención de Sadam elimina uno de los pretextos invocados para el mantenimiento de la presencia militar estadounidense en Irak. Ha llegado el momento de devolver la soberanía a Irak, para que allí pueda constituirse un nuevo Estado basado en el respeto a todos los grupos étnicos y religiosos y en el principio democrático de un voto por cada persona.
P. Irán, situado en el eje del mal de Bush, está ahora rodeado por tropas de EE UU. Las hay en Irak y en Afganistán. ¿Se sienten amenazados?
R. Es obvio que los norteamericanos nos amenazan. No sólo con su presencia en Irak y en Afganistán, sino directamente, a través de continuas declaraciones agresivas. Y ello pese al papel constructivo que Irán está desempeñando en Irak, en Afganistán y en Asia Central. Los norteamericanos deberían cambiar su actitud hacia Irán. Deberían dejar su agresividad y buscar vías de entendimiento.
P. Israel y luego EE UU han acusado a Teherán de intentar dotarse del arma nuclear, algo que ustedes niegan.
R. Lo negamos rotundamente. No tenemos ningún programa para construir armas nucleares; lo único que estamos construyendo es una central nuclear con fines civiles, para complementar nuestras fuentes de energía como tantos otros países. Es más bien al contrario: Irán desea un Oriente Próximo y Medio libre de todo tipo de armas de destrucción masiva. Por eso decimos que Israel, que tiene armas nucleares, debe firmar el Tratado de No Proliferación y abrir sus instalaciones a los inspectores internacionales.
P. Ustedes, sin embargo, han dado la impresión de resistirse a admitir inspecciones por sorpresa y en profundidad del Organismo Internacional para la Energía Atómica.
R. Siempre hemos estado abiertos a esas inspecciones, y ahora, tras las negociaciones con países europeos y con el propio OIEA, lo estamos más que nunca.
P. La semana pasada, la disidente iraní Shirín Ebadí recibió el Premio Nobel de la Paz. ¿Vive esto el régimen islámico iraní como una bofetada?
R. No, en absoluto. En Irán hay una alegría general por esta concesión, que prueba que en nuestra sociedad la situación de las mujeres es muy dinámica. Las iraníes tienen una situación educativa, laboral, social y política mucho mejor que en otros países de nuestra zona. Este año suponen el 62% de los nuevos ingresos en nuestras universidades.
P. Los sectores reformistas que ostentan la presidencia y la mayoría del Parlamento de Irán están intentado aprobar reformas legislativas a favor de la mujer, pero sabemos que se enfrentan a una fuerte oposición de los sectores conservadores, que mantienen un gran poder político, judicial y militar. A los seis años de la llegada de Mohamed Jatamí a la presidencia, los cambios son pocos y lentos.
R. Su declaración está basada en criterios occidentales. El impulso a las reformas en Irán es real. Si se compara el Irán de hoy con el de hace 25 años, se ve cuánto han cambiado las cosas. La democracia ha sido institucionalizada, con un Parlamento elegido democráticamente y con una parcela de poder real; la promoción de la mujer es espectacular; los medios de comunicación son variados y libres... Todo esto prueba que hay cambios. Pero la reforma es gradual, necesita tiempo para avanzar. Nuestra sociedad es pluralista y hay fuerzas que se oponen a las reformas.
P. Tengo que expresarle mi rotunda condena por la muerte a palos en una comisaría iraní de la periodista Zahra Kazemi, de nacionalidad canadiense e iraní.
R. Esa muerte fue una tragedia. El presidente ha nombrado una comisión para investigar lo que pasó, y el asunto está al mismo tiempo en manos del juez correspondiente.
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