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Chipre entrará dividido en la Unión Europea

El empate en las elecciones turcochipriotas echa por tierra la reunificación antes de mayo

Juan Carlos Sanz

Las elecciones turcochipriotas han acabado en tablas. Los partidos del Gobierno, con cerca del 46% de los votos, y los de la oposición, que suman más del 48%, se reparten a partes iguales los 50 escaños del Parlamento del norte de Chipre, un país dividido desde hace tres décadas tras la intervención militar de Turquía. A pesar del espectacular avance de los partidos opuestos al líder turcochipriota, el presidente Rauf Denktas, el empate parece echar por tierra toda esperanza de reunificación antes del próximo 1 de mayo.

El sector grecochipriota del sur de la isla, el único reconocido por la comunidad internacional, se incorporará en esa fecha a la Unión Europea ampliada.

Los comicios se habían planteado de hecho como un referéndum sobre la propuesta del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, para acabar con la partición de Chipre mediante un sistema federal. Pero incluso con los votos a listas afines que no han superado el listón del 5% para poder tener representación parlamentaria, la oposición sólo ha ganado por algunas décimas a los partidos leales a Denktas, que rompió abruptamente el pasado marzo las negociaciones del plan Annan, cuando ya había sido aceptado por los grecochipriotas, con el visto bueno de Ankara y el respaldo abierto de la UE y EE UU.

Lejos del sombrío semblante que mostraba al final de la campaña, Denktas compareció ayer sonriente y satisfecho ante la prensa en Nicosia. En contra de las amenazas lanzadas la semana pasada de vetar a quienes atentasen contra "la permanencia del Estado", el presidente turcochipriota se mostró dispuesto a encargar la formación de Gobierno al socialdemócrata Mehmet Alí Talat, líder del Partido Republicano Turco, "si confirma que puede reunir una mayoría en el Parlamento".

Las consultas informales entre partidos parecen haber comenzado ya en Nicosia. Talat, que se apresuró la noche del domingo al lunes a proclamar su victoria en las urnas, dijo que "todas las opciones estaban abiertas". El viernes había asegurado, sin embargo, que era "impensable" una coalición con los partidarios de Denktas. El presidente turcochipriota se encargó ayer de marcarle el paso en las conversaciones para la formación del Gabinete: "Si en el plazo de 60 días ningún partido consigue crear una coalición de Gobierno, nuestra Constitución ordena repetir las elecciones".

Políticos y periodistas turcochipriotas coinciden en apuntar a que Talat, un dirigente que cuenta con las bendiciones del Gobierno turco, no se arriesgará en unos nuevos comicios y puede intentar sumar una mayoría ajustada pero suficiente (26 escaños) con el Partido Democrático del nacionalista conservador Serdar Denktas, hijo del líder que ha acaparado el poder en el norte de Chipre desde hace más de 30 años. El Movimiento por la Paz y la Democracia, del ex alcalde socialdemócrata de Nicosia Mustafá Akinci, podría sumarse a esta gran coalición turcochipriota.

El director del diario Afrika, Sener Levent, un antiguo disidente frente al régimen favorable a la anexión a Turquía de Denktas, descarta la repetición de las elecciones. "Talat y Serdar Denktas ya pactaron en 1997; junto con Akinci, representan el voto de los turcochipriotas originales de la isla. Al primer ministro, Dervis Eroglu, sólo parecen haberle votado los colonos procedentes de Anatolia", explica Levent, cuyo periódico sigue amenazado de cierre por sus continuas denuncias a la "ocupación militar turca". El plan Annan prevé la salida de miles de turcos a los que se ha concedido la nacionalidad en los últimos años a pesar de no contar con arraigo en el territorio. La propuesta de la ONU prescribe también un reajuste territorial favorable a los grecochipriotas.

El veterano Rauf Denktas no ha sido defenestrado finalmente en las urnas, la oposición duplica su número de escaños y aspira a ocupar parcelas de poder, y Ankara mantiene intacta su capacidad negociadora con Bruselas, que dentro de un año someterá la candidatura turca a un primer examen para fijar un calendario de negociaciones de adhesión. Todos parecen haber ganado en el norte de Chipre, menos la Unión Europea, que apostó por una rápida reunificación y se dispone a incorporar en menos de cinco meses una frontera digna de las peores pesadillas de la guerra fría: campos de minas y barricadas con cascos azules de la ONU que patrullan en un paisaje de alambradas y sacos terreros.

"Nicosia, última ciudad dividida de Europa", reza un cartel sobre la línea verde en la parte grecochipriota de la capital de la isla. Los turistas británicos que paseaban en chanclas bajo la lluvia hacían ayer un alto en sus compras navideñas para fotografiarse ante la línea verde que parte en dos la hermosa ciudadela veneciana, sin duda el escenario más parecido al muro de Berlín en Europa.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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