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El ex jefe de la OTAN declara contra Milosevic a puerta cerrada

EE UU y La Haya pactan que el testimonio de Clark sea secreto

Isabel Ferrer

Wesley Clark, general retirado y ex comandante de la OTAN en Europa que dirigió en 1999 el bombardeo de Yugoslavia para expulsar a las tropas serbias de Kosovo, testificó ayer ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) en el juicio contra el antiguo presidente serbio, Slobodan Milosevic. La comparecencia fue a puerta cerrada por el acuerdo por razones de seguridad entre EE UU y la propia Corte.

Antes de declarar, Clark sugirió que las circunstancias de la matanza de Srebrenica formarían parte de su testimonio. La fiscalía del TPIY ha acusado a Milosevic de genocidio por la muerte de más de 7.500 varones musulmanes en esa pequeña ciudad del noreste de Bosnia-Herzegovina en 1995. Pero debe probar aún su responsabilidad.

Actual aspirante a la candidatura demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Clark es el testigo de mayor rango militar convocado por el TPIY. Para permitirle viajar a La Haya, sin embargo, Estados Unidos ha impuesto la condición de poder analizar sus declaraciones de ayer y hoy antes de hacerlas públicas el próximo viernes. Si Washington considera que algún pasaje pone en entredicho la seguridad nacional, procederá a eliminarlos.

Portavoces del TPIY han señalado, de todos modos, que la decisión final al respecto corresponde a los jueces. La terna presidida por Richard May podría impedir los mencionados retoques. El ex general está acompañado por dos representantes de su Gobierno, facultados para intervenir durante las sesiones.

Durante la guerra de Bosnia (1992-1995), Clark dirigía el departamento de estrategia y planificación política de la Junta de Estado Mayor estadounidense y trató de negociar una salida pacífica con Milosevic. Ayer se daba por hecho que lo que ambos se dijeron en sus frecuentes reuniones de esa época, que sumaron más de cien horas, saldría a relucir en el testimonio del militar.

Matanza de Srebrenica

"Hubo asesinatos, deportaciones, torturas y violaciones. Una violencia desatada", señaló el militar metido a político, a las puertas del TPIY. Antes de su testimonio, también se barajaba la posibilidad de que Clark confirmara que Milosevic hubiera reconocido, en confianza, que el general serbobosnio Ratko Mladic le había informado de antemano sobre la toma de Srebrenica. De ser así, la fiscalía del TPIY tendría a uno de sus testigos esenciales. Si consigue demostrar que Milosevic sabía lo que iba a pasar en Srebrenica y no lo evitó, quedaría probado el cargo de genocidio, el más grave de los 66 que pesan contra el ex presidente yugoslavo. Hechos como el de Srebrenica, convertidos en símbolo del sufrimiento ocasionado por las guerras de los Balcanes, no ocurrían en Europa desde la II Guerra Mundial. Al concluir su primera jornada como testigo, Clark responsabilizó a Milosevic de la miseria y la desolación padecida en los Balcanes.

En cuanto al conflicto de Kosovo, la provincia de Serbia de mayoría albanesa, es parte fundamental de la biografía militar de Clark. En 1998, nueve años después de la abolición de la autonomía de la zona, el Ejército de Liberación de Kosovo se rebeló contra Serbia. La comunidad internacional presionó entonces a Milosevic para que detuviera la violencia y lo amenazó con pasar a la acción si no cooperaba. En marzo de 1999 y bajo el mando de Clark, se produjo el primer bombardeo de la OTAN contra Yugoslavia. Fue también el primer asalto de la Alianza Atlántica a un Estado soberano europeo desde la II Guerra Mundial. A los pocos días, miles de refugiados albaneses de Kosovo empezaron a relatar las atrocidades cometidas por las fuerzas serbias. Dichos crímenes son juzgados hoy por el TPIY.

Clark pronunció ayer una conferencia sobre los lazos transatlánticos y la necesidad de que Europa y EE UU respondan conjuntamente a los conflictos.

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