El Gobierno no ve trabas al plan y la oposición pide su revisión

"Estas condiciones reflejan el absoluto desconocimiento del uso del agua y de los caudales disponibles por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar, es decir, por parte del Ministerio de Medio Ambiente", dijo ayer la responsable socialista de Medio Ambiente Cristina Narbona. Para Narbona, el hecho de que la Comisión Europea dé luz verde a la financiación de un proyecto al que impone tantas condiciones es la demostración palpable de la presión a la que el Gobierno de Aznar está sometiendo a las autoridades europeas. Francesc Signes, responsable de Medio Ambiente del PSPV, pidió la revisión del plan del Júcar para conocer los caudales actuales y la suspensión cautelar del trasvase hasta que se hagan las comprobaciones.

El Ministerio de Medio Ambiente rechaza categóricamente que las condiciones impuestas por Bruselas sean tales, si bien advierte de que aún no ha recibido oficialmente el documento ni le consta que lo haya firmado Barnier. "Este trasvase no tiene nada que ver con el del Ebro, por tanto sobra que se haga constar la importancia de que no haya desvío de agua de uno a otro", dijo una portavoz. "El Júcar es excedentario y por eso se puede trasvasar agua, además de que parte del caudal desviado se hará gracias a la modernización de los regadíos de la cuenca del Júcar". Respecto a la ausencia de datos sobre superficies de riego y caudal ecológico, la portavoz aseguró que España ha aportado a Bruselas toda la información actualizada hasta 2001 y que muchos de los datos que ahora se piden están en el Plan Hidrológico del Júcar. Lo mismo indicó el consejero de Obras Públicas, José Ramón García Antón, quien subrayó que el caudal ecológico "está garantizado" y no se mezclará agua del Ebro y del Júcar.

Por su parte, la Fundación Nueva Cultura del Agua considera que las condiciones de Bruselas "hacen inviable el trasvase y el Gobierno si fuera mínimamente responsable renunciaría al proyecto y buscaría otras soluciones". La Fundación pedirá que se cree un comité de control en el que espera estar presente. Ecologistas en Acción expresó su "gran decepción" por la decisión, ya que considera "una tomadura de pelo" pedir un caudal ecológico "cuando no ha existido en los últimos años" -según sus datos, en la desembocadura apenas hay agua del propio río y circulan 2,58 metros cúbicos por segundo-, y considera que la aplicación de la directiva marco, "no es un condicionante, sino un prerrequisito de cualquier actuación".

El presidente de Aragón, el socialista Marcelino Iglesias, aseguró que "se ha desvelado el telón de la propaganda, queda claro que este trasvase nada tiene que ver con el del Ebro, que sus aguas no se pueden mezclar con las del Júcar, y por primera vez sabemos que el Gobierno español considera el Júcar excedentario", informa Concha Monserrat.