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Detenido un médico británico bajo sospecha de practicar la eutanasia

Admite que "conspiró" para facilitar el suicidio a un enfermo terminal

El presidente de la asociación británica Eutanasia Voluntaria ha sido detenido bajo sospecha de conspirar para ayudar a morir a un enfermo terminal. Michael Irwin, médico jubilado de 72 años, admitió su participación en un plan para procurar la muerte del granjero Patrick Kneen, de 74 años, desahuciado a consecuencia de un cáncer de próstata. El sospechoso niega su responsabilidad en el fallecimiento del paciente.

"Su condición había superado la fase del suicidio asistido. De ninguna forma se podía recurrir a la asistencia médica", señaló Irwin en declaraciones recogidas ayer por el dominical The Sunday Telegraph.

El doctor fue detenido en su residencia de Surrey (Inglaterra) el pasado viernes y conducido por la policía a la isla de Man, donde presuntamente conspiró para procurar la muerte de Kneen. En libertad provisional pendiente de una nueva comparecencia ante las autoridades policiales, el reconocido activista podría enfrentarse a una condena de hasta 14 años de prisión de confirmarse su responsabilidad en el ocaso del granjero.

Según el rotativo británico, Irwin viajó el pasado otoño a la isla de Man con suficientes dosis del barbitúrico temazepan. Respondía a la petición de consejo y ayuda del granjero, un defensor de la eutanasia voluntaria que puso en marcha una campaña pública a través de Internet al ser diagnosticado de un cáncer terminal, hace más de dos años. Su caso tuvo un eco inicial en esta colonia británica con autonomía en ciertas materias políticas y fiscales.

El pasado mayo, el Parlamento de la isla de Man votó mayoritariamente en favor de la apertura de una investigación sobre la eutanasia asistida que podría llevar a un cambio de la legislación. La propuesta, de aprobarse, limitará el suicidio con ayuda médica a los habitantes de la región, pero sus ramificaciones podrían ejercer presión por la liberación de la ley en Londres.

De hecho, la permisividad en Holanda y Suiza de la eutanasia voluntaria en casos extremos está teniendo consecuencias en el Reino Unido. Se han conocido tres casos de enfermos británicos que han viajado a Suiza para morir asistidos por personal médico especializado.

Mientras, en Inglaterra, el doctor Irwin defiende su inocencia. Acepta que aconsejó a Kneen sobre posibles fórmulas para morir con dignidad, incluida la opción de acudir a Dignitas, el grupo con sede en Suiza que proporciona suicidio médico asistido a pacientes extranjeros. Reconoce también que viajó a la isla de Man con el propósito de ayudar al desahuciado granjero a poner fin a su agonía. Pero llegó tarde. Según explicó al semanario, Kneen falleció a consecuencia de los sedantes suministrados oficialmente y su muerte se achaca al progreso del cáncer en el certificado de defunción.

El Telegraph adelantaba ayer que la policía estudia la posibilidad de exhumar el cadáver del granjero para practicar una autopsia. "Durante unos días conspiré para facilitar el suicidio de Kneen, porque eso es lo que él deseaba. Finalmente, sin embargo, no participé en su muerte", sostiene el médico activista. El pasado sábado, Irwin renunció a la presidencia de la Asociación de Eutanasia Voluntaria, aunque todavía aspira a desempeñar un papel activo como miembro de la junta de la institución.

Por su parte, la viuda de Kneen, Patricia, de 71 años, quien también fue detenida el pasado viernes, niega cualquier responsabilidad en este supuesto y discutido crimen. "La policía está tratándome como una asesina. Mi marido y yo hablamos sobre la opción de la eutanasia asistida y decidimos que, de ser posible, nos ayudaríamos mutuamente a morir. Pero yo, finalmente, no le ayudé", ha señalado.

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