El Macba celebrará los 80 años de Tàpies con una gran retrospectiva

"Estaba trabajando como siempre y no pensaba que me estaba haciendo viejo, pero veo que esto de los 80 años es algo importante porque me están llegando felicitaciones de todas partes", comenta entre halagado y abrumado Antoni Tàpies. Es hoy cuando cumple 80 fructíferos años, pero la celebración se ha ido adelantando a lo largo de todo este año con un apretado calendario de exposiciones que culminará en febrero de 2004 con la inauguración en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) de una gran retrospectiva de su obra. Su fundación barcelonesa celebra hoy el aniversario con una jornada de puertas abiertas.

"Estoy admirado de la cantidad de amigos que tengo", confesaba el artista el pasado jueves después de un maratoniano programa de radio en la emisora Cataluña Cultura, en el que una veintena de artistas e intelectuales le felicitaron en directo. Tras el programa, el artista sopló las ochenta velas de un gigantesco pastel de chocolate -del que es un impenitente goloso- y, en tono jocoso, comentaba su preocupación por el adelanto de esta celebración. "Mira que si me muero antes, ¡qué ridículo!", decía, tras agradecer sonriente las muchas felicitaciones, aclarando que, sí, sí, desea vivir muchos más años, "pero sólo si estoy acompañado por mi familia y mis amigos". A su lado, Teresa Barba, su compañera y apoyo desde que le conoció a los 14 años, le miraba complacida.

A Tàpies le siguen riendo los ojos pese a que ya no le dejan leer ni, desgraciadamente, escribir -su obra teórica es tan fundamental en el contexto del arte contemporáneo como su pintura-, aunque él explica que sus problemas de visión sólo le impiden fijar la vista en un punto, por lo que no tiene problemas a la hora de pintar. Lo demuestran sus últimas obras, de una potencia sorprendente, que, según el también artista Antoni Llena, "es una pintura que, pese a mantenerse fiel a él mismo, se le está descontrolando hasta el punto de que ante ella uno se queda sin palabras". Para Frederic Amat, sigue siendo "una referencia porque, aunque algunos dicen que su figura ha eclipsado a una generación de artistas, ha sido al contrario: Tàpies fue una eclosión de luz que abrió puertas". Pep Agut lo definió de otra manera: "Tàpies no está en la vanguardia, sino en la retaguardia, porque nos cubre las espaldas".

Lo cierto es que el artista ha demostrado que está en plena forma. En 2003 ha presentado su obra reciente en las galerías Lelong de París, que abrió el fuego en enero; Toni Tàpies de Barcelona; Pace Wildenstein de Nueva York, y Soledad Lorenzo de Madrid, en donde la muestra estará abierta hasta el 24 de diciembre. También pueden verse ahora exposiciones de su obra en Manresa, Valencia, Olot y en la ciudad alemana de Assen. Aún ha habido más muestras en este año, en el que, además, le ha sido concedido el Premio Velázquez de Artes Plásticas.

La culminación de toda esta actividad será la gran retrospectiva que le dedicará en febrero el Macba, que incluirá unas 150 obras y viajará después a Alemania, México y posiblemente Japón. Es posible que cuando en mayo abra sus puertas el Fórum de las Culturas pueda inaugurarse en el recinto un mural con su firma. El Ayuntamiento de Barcelona le ha hecho el encargo y el artista está ilusionado, pero no sabe si será posible realizarlo debido a la premura de tiempo.

De momento, hoy la Fundación Tàpies de Barcelona (Aragón, 255) celebra una jornada de puertas abiertas. Los visitantes podrán acceder libremente a la exposición del británico Steve McQueen y también a la selección de la colección permanente con obras maestras de Tàpies de sus distintas épocas, como Pintura metàlica i

violí, de 1956; Forma quadrada sobre quadrat gris, de 1960; Armari, de 1973; Dies

d'aigua, de 1987, o Petjades, de 1995. La visita es una buena manera de felicitarle.