Los científicos arremeten contra la reforma de la ley de reproducción asistida del Gobierno
Los expertos creen que la norma reducirá un 25% los embarazos entre las parejas infértiles
La reforma de la Ley de Reproducción Asistida impulsada por el Gobierno no sólo no satisface las demandas de los expertos en fecundación in vitro sino que supone "un paso atrás". Éste es el sentir casi unánime los 300 especialistas reunidos en Granada en el Congreso de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (Asebir). Los expertos aseguran que perjudicará a las parejas infértiles porque impide fecundar más de tres óvulos por ciclo. Así, si un embarazo no prospera, algo frecuente, los médicos tendrán que someter a la mujer a otra estimulación hormonal.
"Es una pena que hayan legislado contra las parejas. Han permitido investigar con los embriones que hay actualmente congelados, pero para evitar que se vuelvan a acumular, impone trabas a la reproducción asistida. Y es una pena", resumió José Antonio Castilla, presidente del Comité Organizador del congreso.
Castilla aseguró que el malestar entre los expertos es prácticamente unánime. Asebir ha emitido un manifiesto junto a la Sociedad Española de Fertilidad en el que critica la reforma. Los expertos lamentan que este aspecto de la reforma de la ley haya quedado eclipsado por el permiso a investigar con los embriones sobrantes de los tratamientos de reproducción asistida.
Un 15% de las parejas tiene problemas de infertilidad. En Andalucía hay unas 300.000 parejas en esa situación. Actualmente el éxito de la fecundación in vitro alcanza el 50% en pacientes de menos de 38 años. Con la edad el porcentaje disminuye. Los expertos reunidos en Granada alertan de que la nueva ley puede disminuir el éxito hasta un 25%.
Estimulación hormonal
Hasta la entrada en vigor de la ley, el 23 de noviembre, la mujer se sometía a un proceso de estimulación hormonal para que produjera más óvulos. Los óvulos obtenidos (generalmente, unos 10) se fecundaban con semen de la pareja y se congelaban. No todos daban lugar a embriones. Pasado un tiempo se elegían tres embriones y se implantaban en la mujer. Si el embarazo no prosperaba, algo frecuente, se recurría a los embriones que quedaban congelados. La reforma impide fecundar más de tres óvulos por ciclo. Así que si el embarazo no sale adelante, la mujer tiene que someterse a otro proceso de estimulación.
Nieves Cremades, del laboratorio de Ginecología del Hospital Universitario de Alicante, afirmó que todavía no se ve el efecto de la ley. "Las parejas que acaban de someterse a un tratamiento no lo han notado. Empezaremos a ver qué ocurre si el embarazo no sale adelante y la mujer tiene que someterse a otra estimulación hormonal", afirma. El nuevo tratamiento también aumentará el precio. Un tratamiento de reproducción asistida cuesta unos 3.000 euros.
La limitación del número de óvulos a fecundar es una petición tradicional de los grupos católicos y conservadores para evitar que se acumulen embriones. Fuentes de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, el órgano asesor de Sanidad, aseguran que la restricción ha sido el peaje que ha pagado el Gobierno para que la iglesia acepte la investigación con los embriones sobrantes de los tratamientos de reproducción.
Juan Luis Ramírez, biólogo reproductivo, destacó que la ley también dificulta la realización del diagnóstico genético preimplantacional, que consiste en analizar los embriones antes de transferirlos para ver si tienen alguna enfermedad congénita. "Para hacer el diagnóstico necesitamos fecundar unos 10 óvulos. Sólo así obtenemos suficientes embriones para analizar antes de trasferirlos. Si sólo tenemos tres embriones no podremos estudiar y elegir cuál está libre de la enfermedad". El diagnóstico genético permite detectar enfermedades como la Corea de Huntington, la fibrosis quística y la hemofilia.
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