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Italia limita al máximo la fecundación asistida

Una ley prohíbe congelar embriones y la donación anónima de semen

Enric González

El Parlamento italiano aprobó ayer una de las leyes sobre procreación asistida más severas del mundo: los embriones no pueden ser congelados ni manipulados, se prohíbe utilizar óvulos o espermatozoides de personas ajenas a la pareja, sólo los matrimonios se beneficiarán de estas técnicas, y en ningún caso será posible fecundar más de tres óvulos. La ley, respaldada por el Vaticano, recibió votos favorables de una parte de la izquierda. Algunos la consideran un primer paso para restringir el derecho al aborto.

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En adelante, los embriones serán intocables en Italia. No podrán ser congelados ni sometidos a experimentación o a análisis para comprobar que no portan enfermedades. Las restricciones cubren también a los aproximadamente 27.000 embriones ya congelados, sobre cuyo destino decidirá el Ministerio de la Salud. Los médicos que violen la ley serán castigados con penas de cárcel.

"Con esta ley ya hemos modificado en cierta forma la legislación sobre el aborto: hemos llevado hacia atrás (hacia el embrión) el momento en que nace la persona", declaró el democristiano Maurizio Ronconi, uno de los más entusiastas patrocinadores de la ley.

La profunda influencia del catolicismo en el conjunto de la clase política resultó ayer evidente en el Senado, donde se formó una "mayoría cristiana" transversal que dejó en minoría a los "laicos" y aprobó con rapidez un texto que circulaba por el Parlamento desde el verano de 2002. El a la ley de Francesco Rutelli, líder de la Margarita (centro-izquierda), ha desatado una crisis en el Olivo, la coalición progresista. Rutelli afirma haber obrado ciñéndose a lo que le dictaba su conciencia.

Presión episcopal

Otros consideran que Rutelli ha querido ganarse el apoyo del Vaticano para allanar sus ambiciones de gobernar la región romana del Lazio. En cualquier caso, la Conferencia Episcopal Italiana ejerció de forma discreta toda su influencia y contactó por teléfono a los senadores que dudaban.

Los especialistas en fecundación asistida aseguran que la nueva ley, además de impedir la investigación en Italia, creará una especie de "turismo de maternidad" hacia otros países europeos. Andrea Borini, director del Centro Tecnobios de Procreación de Bolonia, declaró a Il Corriere della Sera que el 15% de los hombres y el 5% de las mujeres que se someten a tratamientos de fertilización carecen de gametos utilizables. Al hacerse ilegal la utilización de gametos de donantes ajenos a la pareja, se les condena a desistir o a desplazarse a Francia, España, Suiza o Alemania. Bonini estima que "emigrarán" unas 5.000 parejas cada año. "Como en España se admite la compra de óvulos, creo que para las mujeres será ése el país de elección; para los hombres, la mejor solución será Suiza, donde está permitida la donación de semen", dijo.

Un grupo de parlamentarios "laicos" ha empezado ya a organizar una recogida de firmas para convocar un referéndum contra la ley. Varios centros médicos presentarán recurso de inconstitucionalidad.

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