La contaminación de las aguas subterráneas afecta a un tercio de los municipios catalanes

Los riesgos viarios y laborales y el estado del medio ambiente son algunas de las amenazas que afronta Cataluña, según el Informe del riesgo 2003, elaborado por la fundación privada Instituto de Estudios de la Seguridad. Entre los datos que arroja el estudio figuran alertas como la que señala que un tercio de los municipios catalanes están ubicados en zonas donde la contaminación por nitratos provocada por el exceso de purines afecta gravemente a las aguas subterráneas. El aumento de las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero es otra de ellas.

El Instituto de Estudios de la Seguridad, cuyos patrones son el Colegio de Ingenieros Industriales, el de Ingenieros Técnicos Industriales y Midat Mutua, presentó ayer la tercera edición de un informe que, según su director, Narcís Mir, "no quiere ser generador de miedos ni paralizante", sino mostrar que "aunque siempre nos han dicho que el desarrollo es bueno, también provoca efectos negativos que es necesario tener en cuenta".

La tercera parte del Informe del riesgo constituye una especie de termómetro de la evolución de los riesgos asociados al tráfico, la vida laboral, la salud, la dualización de la sociedad y el medio ambiente. Este último indicador es el que arroja cifras más preocupantes, según Mir, licenciado en Ingeniería y Economía, y experto en administración pública. Es el caso de los los 306 municipios catalanes, de un total de 946, que se encuentran en zona de riesgo por culpa de la contaminación de las aguas de su subsuelo. "Los problemas son muy complejos y las soluciones no son fáciles", indicó el responsable del estudio, quien opina que las soluciones requieren "llegar a acuerdos entre todos los agentes implicados y a situaciones de limitación, como acotar el crecimiento de las explotaciones o reducir la contaminación en origen".

Demasiado suelo urbano

Mir alertó también sobre las emisiones de gases de efecto invernadero -que han aumentado el 42% desde 1990, cuando el Protocolo de Kioto fija un aumento de sólo el 15% hasta el año 2010- y del "retraso" en la construcción de parques eólicos. Otro de los riesgos que señala el capítulo referido al medio ambiente es el crecimiento de la mancha de suelo urbano, que ya ha alcanzado el 6,5% del territorio catalán.

Esta ocupación, según el informe, tendrá repercusiones negativas porque supone un incremento del consumo energético y de agua -con riesgo asociado de sequía e incendios- y una subida de la dependencia de los vehículos privados. "En un país pequeño y de uso intensivo como Cataluña, la ocupación del suelo representa el factor que más incide en la vulnerabilidad del territorio ante los riesgos naturales", se señala en el informe.

Aparte del capítulo que mide la evolución de esta serie de amenazas, en la primera parte el Informe del riesgo su director analiza desde varios ángulos, desde el impacto económico hasta la repercusión social, la catástrofe del Prestige, la ocupación de Irak y la neumonía asiática.

En la segunda parte, el informe alerta sobre cinco aspectos que muestran las contradicciones del actual modelo de desarrollo, como la compatibilidad entre el aumento del turismo y la sostenibilidad, cómo la globalización económica comporta también la globalización del crimen organizado y la necesidad de nuevas formas de organización del trabajo para combatir el acoso laboral.

En otro texto, el catedrático Joan Subirats desmenuza el actual modelo de gobernabilidad, en una sociedad que evoluciona mientras que el sistema político no cambia. El presidente de Justícia i Pau, Arcadi Oliveres, reflexiona, por su parte, sobre la ayuda a los más necesitados y se pregunta si se trata de solidaridad o de un acto de "sedación de conciencias".