Un cleptómano gobernó Nicaragua
El ex presidente Arnoldo Alemán robó más de 8 millones de euros al erario público
La condena a 20 años de cárcel impuesta al ex presidente de Nicaragua Arnoldo Alemán, un cleptómano en el ejercicio del cargo (1997-2002), según la sentencia, fractura la histórica impunidad de los bandoleros latinoamericanos de banda presidencial, y coincide con la apertura de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción en Mérida (México). Quedó probado que Alemán robó cerca de 10 millones de dólares (8,1 millones de euros) al erario, aunque la fiscalía le imputó un latrocinio de 100 millones. Entre otras fechorías, el reo compró un helicóptero que alquiló a instituciones del Estado.
Los delitos de lavado de dinero, fraude y malversación de fondos públicos han sido frecuentes en la región, en dictadura o democracia, pero sus consecuencias son especialmente graves en Nicaragua, el segundo país más pobre del continente tras el misérrimo Haití. La nación centroamericana destina casi un cuarto de su presupuesto de 1.000 millones de dólares a su deuda externa, calculada en 6.500 millones. Buena parte de sus cuatro millones de habitantes sobreviven con un dólar al día. El Gobierno pidió su inclusión en el grupo de Países Pobres Altamente Endeudados para que sean condonados 4.500 millones de dólares.
Obsesión por el dinero
La obsesión por el dinero y la buena vida de Alemán superó el promedio de la proclividad oficial a la rapiña y "alentó a sus subordinados para lograr su objetivo de enriquecimiento ilícito", según la magistrada Juana Méndez. El ex director de Ingresos de su Gobierno, Byron Jerez, quedó absuelto tras haber sido condenado a ocho años, en otra instancia, por emisión fraudulenta de cheques estatales.
Las acusaciones contra el ex gobernante fueron promovidas, entre otros, por el actual presidente de Nicaragua, el empresario Enrique Bolaños, de 75 años, vicepresidente de Alemán en cuatro de los cinco años de su gestión. El ex presidente es líder del conservador Partido Liberal Constitucionalista (PLC), en el que también milita Bolaños. La sentencia fue publicada mientras el ex presidente y sus parlamentarios en el PLC negociaban con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda) un paquete de leyes y cambios en el Poder Judicial a cambio de impunidad, según las denuncias.
La Asamblea Nacional está controlada por los sandinistas y los liberales. El secretario del FSLN, el ex presidente Daniel Ortega (1979-1990), interrumpió las negociaciones arguyendo que Alemán condicionaba todo a su exoneración. El respaldo de Ortega a la excarcelación y confinamiento del procesado en la finca El Chile, en noviembre, fue contestado. Analistas de Managua dijeron entonces que la juez que la dictó, de filiación sandinista, recibió instrucciones de Ortega. El poder judicial de Nicaragua quedó en manos de jueces liberales y sandinistas conforme a un pacto maquinado en 2000. La pinza posibilitó intercambios de favores e impunidades, entre ellas el enfriamiento del proceso contra Ortega, acusado por su hijastra Zoiloamérica de violación.
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