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El ascenso de nacionalistas y populistas pone fin al periodo liberal en Rusia

Los dos partidos reformistas no alcanzan el 5% de los votos y se quedan fuera del Parlamento

El resultado de las elecciones legislativas del domingo en Rusia supone el fin de la época liberal que comenzó con Borís Yeltsin al desintegrarse la URSS en 1991. Los reformistas, que han marcado el rumbo del país durante más de una década, han sido sustituidos por fuerzas nacionalistas y populistas de conducta imprevisible: o bien acaban cristalizando en un centro civilizado o bien harán retroceder al país con una política expropiatoria contra el gran capital. Anatoli Chubáis, el padre de las privatizaciones, advirtió el domingo de que los rusos podían despertarse el lunes en otro país.

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Con el 97,87% de los votos escrutados, Rusia Unida, el partido progubernamental, obtenía el 37,09% de los sufragios, superando en más del doble a su rival más cercano, el Partido Comunista. El PC logró el 12,7% y con esta derrota, que ni sus más enconados enemigos previeron, perdió casi la mitad del apoyo que tuvo en los anteriores comicios legislativos de 1999.

Si prescindimos del efecto del bombardeo descarado de los medios de comunicación de masas a favor de Rusia Unida, es incuestionable la victoria de este partido que se dice centrista y cuya mayor virtud es ser incondicional del presidente Vladímir Putin. Rusia Unida ganó en prácticamente todas las provincias rusas, rompiendo con la tradicional división del voto en las zonas depauperadas que solían inclinarse por los comunistas y las zonas beneficiadas por la reforma que eran más proclives a los liberales. Así, Rusia Unida obtuvo una induscutible victoria también en las metrópolis de Moscú (34,5%) y San Petersburgo (30,74%).

A Ródina (Patria) le apoyaron el 9,1%, sobrepasando los pronósticos más optimistas del Kremlin. Al igual que Rusia Unida, el apoyo de Ródina es bastante regular en toda la geografía del país. Más aún, una de las sorpresas es el excelente resultado que obtuvo en las "civilizadas" y europeas ciudades de Moscú y San Petersburgo, donde llegó segunda con el 15,28% y 13,66% de los votos respectivamente.

Algunos analistas hacen notar que el peso del nacionalismo en la nueva Duma Estatal será más o menos similar a la que este fenómeno tenía en la Cámara surgida en 1993, pero con una importante salvedad, a saber, que no estará equilibrado por la presencia de los reformistas. El Partido Liberal Democrático, del ultranacionalista Vladímir Zhirinovski, obtuvo el 11,6%, y quedó en tercer lugar.

Yábloko y la Unión de Fuerzas de Derechas (UFD), que fueron incapaces de unirse pese a la presión de sus bases (profesionales liberales e intelectuales), obtuvieron respectivamente el 4,32% y el 4%, sin lograr superar la barrera del 5% necesaria para tener representación parlamentaria como partidos.

Figuras simbólicas

El desastre es aún mayor, ya que en las circunscripciones nominales los candidatos de estos dos partidos han sido prácticamente barridos y los que pasan se pueden contar con los dedos de una mano. Incluso figuras simbólicas como Irina Jakamada, uno de los líderes de la UFD, o Vladímir Lukin, ex embajador en Washington y ex jefe del Comisión de Exteriores del Parlamento, o Alexéi Arbátov, ex vicepresidente del Comité de Defensa, ambos de Yábloko, han perdido sus escaños. Hasta el líder de esta última organización liberal, Grigori Yavlisnki, que confiaba en el apoyo del Kremlin, no estará en el próximo Parlamento, ya que no aseguró su futuro compitiendo en una circunscripción nominal. La tragedia no es tanto de número, sino de potencial intelectual, porque los que se quedan fuera son algunos de los más prestigiosos y brillantes especialistas que tiene Rusia.

La victoria de Rusia Unida se ve fortalecida sustancialmente en las circunscripciones nominales, en los que se eligen la mitad de la Duma Estatal. De las 225 circunscripciones de este tipo, en 105 gana, de momento, el partido afín a Putin. Le sigue el Partido Popular (PP), también progubernamental, que no pasó la barrera del 5% pero que obtiene aquí 19 escaños. El PP será, como en la Duma saliente, un aliado de Rusia Unida, lo mismo que otros partidos minúsculos que han ganado algunos escaños en las circunscripciones nominales. El Partido Comunista obtiene en esta categoría 12 diputados y Ródina, 8. Hay 65 ganadores que se presentaron como independientes.

De mantenerse la tendencia de las Dumas anteriores, la mayoría de éstos formarán parte del partido progubernamental. Y si se toma en cuenta que los ultranacionalistas de Zhirinovski terminan votando por el Kremlin, se puede esperar que el presidente tenga la mayoría constitucional en el Parlamento.

Una mujer cuelga una foto de Putin en la tienda en la que trabaja, ayer en San Petersburgo.
Una mujer cuelga una foto de Putin en la tienda en la que trabaja, ayer en San Petersburgo.REUTERS

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