La Constitución se asienta y gana arraigo
Casi dos tercios de los españoles la consideran un buen instrumento para la convivencia
La Constitución es un buen instrumento para la convivencia, una realidad que se ha asentado en sus 25 años de vigencia. Así lo entiende una amplia mayoría de españoles (el 63,9%), según un sondeo realizado por Opina para EL PAÍS. Tan significativa como el porcentaje es la evolución que ha ido experimentado la respuesta a esta pregunta.
Cuando se cumplían 10 años de la aprobación de la Constitución, en 1988, sólo el 39% de los encuestados la consideraba buena, según un sondeo que realizó Demoscopia para EL PAÍS, publicado el 6 de diciembre.
Y si un bloque de ciudadanos aún mayor, el 41%, pensaba que era regular, ahora ese porcentaje ha descendido al 29,3%. También ha caído en picado el grupo de los que consideran mala la Constitución. En 1988 englobaba al 7% de la población. Pero 15 años después, sólo un 3,2% mantiene una opinión abiertamente negativa.
Lógicamente, los porcentajes anteriores se resumen en un grado bastante alto de satisfacción. En una escala de cero a 10, los españoles otorgan una nota de 6,92 a la ley de leyes.
También ha evolucionado positivamente la percepción que tienen los españoles de la influencia de la Constitución en su vida cotidiana. Un 19,1% de los consultados opina que la ley principal del sistema democrático influye mucho en su vida cotidiana. El porcentaje era sólo del 7% hace 15 años.
El bloque mayoritario, con un 36,4%, es el de quienes creen que la Constitución influye bastante en su vida (27% únicamente en 1988). Como es lógico, se ha reducido el bloque de los que la veían como una realidad ajena. Un 26,2% sostiene que influye poco en su vida (31% en 1988) y el 11,2% cree que no influye nada (27% hace 15 años).
Libertad
El asentamiento de la Constitución de 1978 encuentra reflejo también en lo que los españoles destacan como aspectos más relevantes. A la pregunta de qué es lo más importante de la Ley Fundamental, contesta "que garantiza la libertad" un abrumador 82,7%. En 1985 situaba esta respuesta en primer lugar un 40%, y en 1988, el 36%, pero en los dos sondeos anteriores se admitía una única respuesta y en el presente era posible dar varias, por lo que no es posible establecer una comparación.
Otros valores de la Constitución que destacan los encuestados son que se aprobó por acuerdo de casi todos (74,9%), que permite resolver conflictos por medios pacíficos (74,8%), que reconoce el derecho a la autonomía (59,7%), que restauró la Monarquía (53,6%) y que limita los poderes del Gobierno (51,9%).
El prestigio que ha alcanzado la Ley Fundamental parece relacionado con la percepción mayoritaria de que en su elaboración no prevalecieron las ideas de una corriente política determinada. Un 59,5% de los consultados opina que refleja las ideas e intereses de "todos y ninguno en particular".
Sin embargo, no están equilibrados los grupos que piensan que en su elaboración predominaron las ideas de derechas (lo sostiene un 15,5%) y los que opinan que predominaron las ideas de izquierdas (sólo hace suya esta impresión un 2%). El 7,8% interpreta que las ideas dominantes fueron las de centro.
La mayoría de los encuestados (80,8%) opina que los españoles no conocen bien la Constitución. Sólo el 13,5% sostiene que sí la conocen. Cuando se pregunta por el grado de conocimiento personal, un 42,1% admite que es superficial (la conoce por encima).
El segundo grupo en importancia (26,2%) es el de quienes admiten que conocen la Constitución muy poco. El 18,5% asegura que la conoce bastante bien y el 12,5% admite abiertamente que no la conoce casi nada.
Sí a la reforma
El fuerte grado de adhesión que ha conseguido la Ley Fundamental no parece que obligue a los españoles a verla como una realidad estática y cerrada. Más de dos tercios, un 68,4%, responde afirmativamente a la pregunta de si "debería hacerse alguna reforma", frente al 17,1% que rechaza la idea y un 14,5% que no se pronuncia. Incluso entre los votantes del PP, que como partido se opone a reformar el texto, un 55% cree necesario algún retoque.
En cuanto al plan Ibarretxe, el 60,5% de los interrogados afirma conocerlo, frente a un 36,2% que asegura que no conoce el proyecto del lehendakari. De quienes dicen conocer el plan, lo rechaza una amplísima mayoría, el 79,3%, mientras que el 14,7% declara que está de acuerdo con el proyecto del Gobierno vasco.
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