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La autopsia revela que la mujer descuartizada este verano en Premià murió de tres golpes en el cráneo

Móvil pasional y crimen posiblemente premeditado. La autopsia realizada al cadáver de Maria del Mar Miñana, de 34 años, ha revelado que la mujer, que fue descuartizada este verano en Premià de Mar, falleció como consecuencia del impacto en el cráneo de tres golpes realizados con un objeto contundente. Los forenses han determinado también que tenía alojada una bala en el tercio superior del brazo izquierdo, según informaron fuentes judiciales.

La bala corresponde al arma reglamentaria del marido de la víctima, el policía local de Premià de Mar Juan Antonio Granadal Garrido, que está encarcelado desde que ocurrieron los hechos. El caso provocó una gran conmoción en esa localidad del Maresme cuando trascendió que el cadáver de la mujer fue descuartizado y enterrado en unos baúles de plástico que permanecían en el domicilio familiar. Para desfigurar el cadáver, el autor del crimen había colocado cemento entre las diversas partes del cuerpo, que previamente habían sido sumergidas en sosa cáustica para desfigurarlas.

El policía local fue detenido por la Guardia Civil la noche del pasado 27 de julio. El día anterior, Juan Antonio Granadal había telefoneado al hermano de la víctima para comunicarle su preocupación por la desaparición de la mujer e incluso había acudido a los Mossos d'Esquadra a presentar denuncia. Pero el cuñado no se fió de él y avisó a la policía autonómica, que registró el domicilio y encontró el cuerpo descuartizado y guardado en unos baúles en la terraza del domicilio familiar.

¿Por qué? Al ser detenido, el acusado afirmó que se le disparó el arma involuntariamente mientras la estaba limpiando, pero esa versión contradice de lleno el resultado de la complicada autopsia que durante varios días han realizado tres forenses. Los resultados se entregaron al juzgado encargado del caso hace apenas dos semanas. En el tiempo transcurrido desde el crimen se ha podido averiguar también el probable móvil del crimen.

Así, los investigadores han descubierto que el agente de la policía local, que estaba casado y tenía dos hijos, mantenía desde hacía un año una relación sentimental con otra mujer. La amante estaba engañada y desconocía la situación del hombre, según declaró ella misma en el juzgado. De confirmarse esta versión, se desvanecería la coartada del acusado y se disiparían las dudas sobre el probable móvil económico del crimen. Lo habitual en estos casos: o dinero o amor.

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