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Reportaje:ELECCIONES EN RUSIA | La situación económica

Rusia vive el milagro económico del petróleo

La 'crisis de Yukos' no ha influido en el crecimiento del país, que depende de los precios de los hidrocarburos

Pilar Bonet

La economía rusa, en excelente estado gracias a los petrodólares, ha seguido mejorando incluso tras el encarcelamiento del magnate Mijaíl Jodorkovski, y los pronósticos no pueden ser más optimistas. Ayer, en un balance del año que concluye, el asesor económico presidencial Andréi Ilariónov manifestó que el crecimiento del PIB para 2003 puede resultar aún mayor del esperado 6,5%, cuando se den a conocer los resultados de las pequeñas empresas.

Sin embargo, el crecimiento económico ruso no es estable y depende mayoritariamente de la coyuntura externa y de los precios de los hidrocarburos en el mercado mundial. Esta coyuntura equivale a un 4% del PIB de este año, según datos facilitados ayer por Ilariónov, que pone de manifiesto la modesta contribución de los factores de transformación estructural. En 2002 el crecimiento del PIB ruso fue de un 4,3%. Para calificar la naturaleza del boom ruso, el político y economista Grigori Yavlinski utiliza la expresión "crecimiento sin desarrollo".

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Con sus resultados a la vista, los dirigentes rusos, incluido Putin, han comenzado a mostrar cierta prepotencia cuando se refieren a los bajos índices de crecimiento de la zona de la UE. Ilariónov buscó ayer términos de referencia para la economía rusa más allá del continente europeo. El crecimiento ruso, dijo, está por debajo del 8,2% de crecimiento de EE UU durante el tercer trimestre de este año o de China (9%), "pese a la coyuntura desfavorable" durante los primeros nueve meses de 2003, y también por debajo del de otros países de la Comunidad de Estados Independientes (la asociación de países surgidos de la desintegración de la URSS). Entre 10 Estados de la CEI, Rusia ocupa el sexto lugar por el crecimiento del PIB y el décimo por su producción industrial.

Disminución de la pobreza

Puestas así las cosas, el telón de fondo de las elecciones legislativas del próximo domingo es incomparablemente mejor que hace cuatro años, cuando Rusia sufría los efectos de la gran crisis financiera de 1998. En 1999, el sueldo medio de un ruso de a pie era de 1.523 rublos o 62 dólares de la época. Ahora es de 5.722 rublos o 191 dólares de hoy. Esta cifra es ya superior al récord salarial de 1997, cuando el sueldo medio llegó a ser de 164 dólares al mes. Las estadísticas indican también una disminución del número de ciudadanos que viven con sueldos inferiores al mínimo vital. Si en 1999 los pobres de solemnidad eran 42 millones o el 28,7% de la población, ahora son 33 millones o el 23% de la población.

La situación es tal que hasta el liberal Yegor Gaidar, el padre de la reforma de Borís Yeltsin, ha dado por concluido el "periodo de transición" de la economía rusa y se plantea cambiar incluso el nombre del centro de estudios que dirige, denominado "instituto de estudio de los problemas del periodo de transición".

A corto plazo, el acoso al magnate del petróleo Mijaíl Jodorkovski ha sido incluso beneficioso, ya que frena la afluencia del dinero especulativo, el excesivo fortalecimiento del rublo y el aumento de la inflación, señalaba un prestigioso economista que no quiere ser citado. A la larga, sin embargo, puede socavar el factor confianza, que es aún el talón de Aquiles del país.

Mientras tanto, Rusia bate marcas. Las reservas del Banco Central alcanzaron su máximo histórico la semana pasada, con un total de 66.200 millones de dólares, tras aumentar 800 millones de dólares en siete días. En los primeros diez meses del año, el volumen del comercio exterior fue de 166.500 millones de dólares (un 22,7% más que en análogo periodo de 2002) y las exportaciones (107.700 millones de dólares) superaron en un 90% a las importaciones. En los primeros 10 meses de 2003, Rusia extrajo 348 millones de toneladas de crudo (un 11,08% más que en el mismo periodo del año anterior). En septiembre, con 8,5 millones de barriles diarios, Rusia superó a Arabia Saudí en producción. Las previsiones de extracción anuales son de 415 millones de toneladas, y las de exportación por oleoducto, de 208 millones de toneladas (21 millones más que en 2002).

Las privatizaciones dieron al Estado 4.300 millones de dólares (un 46% más de lo planeado) de enero a octubre. El erario público recibió 100 millones de dólares por vender tierra y 370 millones de dólares en concepto de dividendos de acciones.

La deuda exterior es tan llevadera que el Ministerio de Finanzas quiere adelantar de 2008 a 2006 la liquidación de sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional (6.500 millones de dólares de deuda a principios de 2003), que liquida puntillosamente.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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