Un libro somete a psicoanálisis a los personajes más famosos del cine
Teodora Liébana propone una visión diferente de las películas
Charles F. Kane, el Ciudadano Kane, escala los peldaños del poder no por él mismo, sino por complacer a su madre, por asumir como propias las ambiciones de ella. Aunque al final descubra que esa felicidad era ficticia y que lo que realmente anhelaba era el paraíso perdido de su infancia en Rosebud.
Éste es el diagnóstico que la psicoanalista Teodora Liébana (León, 1954) ha dado del protagonista de una de las películas más importantes del cine, dirigida y protagonizada por Orson Welles. La autora plantea esta teoría en su libro El cine en el diván (Punto de Lectura), en el cual hace un diagnóstico psicoanalítico a los protagonistas de 64 películas. Es un juego cinéfilo-médico en el que Liébana desvela lados ocultos de grandes héroes y personajes teniendo en cuenta que "el cine y el psicoanálisis, siendo contemporáneos puesto que su desarrollo coincide con el siglo XX, comparten también otras características que podrían unificarse bajo el tema de la visión o contemplación de escenas", dice la autora.
El cine en el diván se convierte así en un pase exclusivo y privado en el cual el lector puede resolver dudas como ¿por qué Lola, la cantante de cabaret que interpreta Marlene Dietrich en El ángel Azul, juega con los hombres y es especialmente cruel con el profesor Rath (Emil Jannings)?, o ¿qué hay detrás de la debilidad del escayolado James Stewart por mirar en sus prismáticos en La ventana indiscreta?, o ¿dónde está la fractura psicológica de Blanche (Vivien Leigh) y su rivalidad con Kowalski (Marlon Brando) en Un tranvía llamado deseo?, o ¿cómo es posible que Vincent (John Travolta) mate sin inmutarse y en cambio se altere porque descubre que alguien ha rayado su coche en Pulp Fiction?
Y como éstos, muchos otros personajes y películas a las que se invita a ver con otros ojos. Porque como escribe Juan José Millás, en el prólogo, "Del mismo modo que el cuerpo físico segrega jugos, el cuerpo psíquico segrega pasiones". Liébana recurre al cine como un espejo de la psicología del mundo real al crear un pasado a los personajes cinematográficos y descubrir los motivos que los han llevado a ser recordados por los espectadores y a entrar en la historia del cine.
Babelia
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