El arma más mortífera después de las guerras
Un centenar de países firman un tratado para eliminar los residuos explosivos tras los conflictos bélicos
Granadas de artillería, submuniciones de bombas de racimo, proyectiles de mortero y otros explosivos sin estallar mantienen su mortífero potencial más allá del final de los conflictos y son la primera causa de víctimas, superior al problema de las minas antipersona, tras las guerras. Diversas organizaciones humanitarias, y especialmente el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), han alertado sobre el drama que representan decenas de millones de residuos de guerra repartidos en más de 80 países. Sólo en Laos se estima que hay nueve millones de municiones sin explotar y que ya han matado o herido a más de 11.000 personas desde 1975. La firma, la semana pasada en Ginebra, del primer tratado internacional sobre residuos explosivos de guerra, por parte de 92 países -entre ellos EE UU-, implica un fuerte avance en este tema.
"La firma del acuerdo es muy importante, porque significa que por fin ha sido reconocido el problema", afirma Dominique Loye, miembro del CICR y uno de los responsables de la elaboración del tratado, que se convertirá en el quinto Protocolo de la Convención sobre Armas Convencionales una vez que sea ratificado por 20 Estados. "Aunque todavía no implica una obligación jurídica, sí nos brinda un marco para empezar a reclamar a las partes en los conflictos". El protocolo obliga a destruir la munición y a proporcionar toda la información necesaria.
Las bombas de racimo están entre las armas más peligrosas. Un informe elaborado por el CICR sobre el conflicto en Kosovo reveló que las submuniciones, de las que entre el 10% y el 20% no estallan, causaron un tercio de las víctimas tras el conflicto. Esta situación ha vuelto a repetirse en Irak. "En Irak comenzamos con los programas de advertencia a la población, pero ahora ninguna organización puede trabajar", señala Loye.
Los niños y los trabajadores rurales se encuentran entre los sectores de la población más afectados. Unicef denunció que más de un millar de niños fueron víctimas de las municiones sin estallar en Irak. Los residuos de guerra son también un problema de larga duración. Países europeos todavía hoy continúan retirando bombas sin estallar de la II Guerra Mundial. Sin embargo, esto es algo que afecta especialmente a las naciones no desarrolladas. "Es un tema vinculado a los recursos económicos para la limpieza, y los más afectados son los países de África y Asia".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.